José Antonio Berzal, autor de ‘Si ves un oso, ¡dispárale!’
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Desde Rusia con amor

José Antonio Berzal publica ‘Si ves un oso, ¡dispárale!’, el relato de un encuentro revelador entre dos personas solitarias y poco convencionales

MADRID Actualizado: Guardar
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Nunca es sencillo emprender una aventura. En un contexto adverso como el actual, casi a diario, cientos de jóvenes deciden armarse de valor y se embarcan hacia territorios ajenos para prosperar y colmar sus aspiraciones profesionales lejos de su hogar. José Antonio Berzal emprendió ese viaje hace más de una década al cierre de su periplo universitario. Las vivencias experimentadas desde entonces le han conducido a una meta peculiar para un ingeniero forestal, escribir una novela. El resultado es ‘Si ves un oso, ¡dispárale!’ (Edición Personal, 2013), primera creación que decide publicar al amparo de una pequeña editorial consagrada a los autores noveles.

La intrahistoria del texto, cuyo peculiar título evita explicar ante el riesgo de caer en algún ‘spoiler’ literario, reside en las experiencias personales del autor. Marcado por la frase lapidaria de una vieja amiga, ‘si eres creativo y no creas, te mueres por dentro’, José Antonio se arrojó sobre el temible papel en blanco y noveló un viaje a Moscú que, asegura, “le cambió radicalmente”. Allí conoció a Margarita, una joven rusa abatida por la vida que, página tras página, se va revelando como "una persona llena de luz”.

El relato se divide en dos partes diferenciadas. La acción arranca con un revelador viaje de Margarita a España que actuará como desencadenante del núcleo del relato, situado ya en la gélida capital rusa. Allí florecerá una intensa relación con José, trasunto del autor, una aventura que huye de los convencionalismos y “queda sumergida bajo un halo de misterio y magia”.

La culminación de una promesa

Y es en Moscú donde la narración adquiere rasgos de una auténtica “guía de viajes”. Berzal rescata las aptitudes adquiridas en su paso por la facultad como una útil herramienta de “composición de lugar” e invita al lector a adentrarse en el relato “como si deambulara por un jardín botánico”.

Aunque no oculta que ha condicionado en cierta manera su estilo literario, la formación universitaria de José Antonio parece anecdótica al repasar su trayectoria vital. La publicación de ‘Si ves un oso, ¡dispárale!’ representa “la culminación de una promesa” que consagró a su padre, fallecido hace tres años.

Gracias a su apoyo se decidió a liberar sus pulsiones artísticas. Y es que la de escritor no es la única faceta creativa de este joven madrileño. Ha pasado por el prestigioso Laboratorio William Layton de Arte Dramático, compone e interpreta sus propias canciones, ejerce como profesor de temas ambientales y colabora activamente en varias ONG. Tal es su vigor creativo que, ante la buena acogida que ha tenido su pequeña aventura literaria, no descarta lanzarse hacia una continuación de la historia de José y Margarita.