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En libertad los asesinos de Anabel Segura y de Olga Sangrador
Emilio Muñoz Guadix fue condenado a 43 años de prisión por el secuestro y asesinato de la joven madrileña en 1993 mientras que Valentín Tejero estaba preso desde hace dos décadas por el rapto, violación y asesinato de la niña de 9 años vecina de Villalón de Campos
TOLEDO Actualizado: GuardarLas puertas de la prisión ciudadrealeña de Herrera de La Mancha se han abierto para conceder la libertad a dos de sus presos más 'ilustres' tras la anulación de la 'doctrina Parot'. Dos criminales que se hicieron tristemente famosos en los años 90: Emilio Muñoz, secuestrador y asesino de la joven madrileña Anabel Segura y Juan Manuel Valentín Tejero, secuestrador, violador y asesino de la niña Olga Sangrador. El primero fue condenado a 43 años y el segundo a 50. Este miércoles, las audiencias provinciales de Toledo y Valladolid han ordenado sus excarcelaciones inmediatas.
"Me arrepiento de lo que hice y daría diez años de mi vida para volver atrás", ha declarado a su salida de la prisión Emilio Muñoz quien, no obstante, ha querido recordar a los medios de comunicación que hacían guardia ante la cárcel que "ya he pagado mi condena". Además de criticar la 'doctrina Parot', a la que considera una "chapuza", Muñoz ha afirmado que no se considera un peligro para la sociedad y que su intención es vivir en Madrid a partir de ahora aunque "Dios dirá". Precisamente fue en la capital de España donde secuestró a Anabel Segura el 12 de abril de 1993 ayudado por Cándido Ortiz cuando Anabel, que entonces tenía 22 años, hacía 'footing' por los alrededores de la lujosa urbanización de 'La Moraleja'. Tanto él como 'el Candi' pensaron en un "secuestro exprés" pero el rapto se les complicó cuando Anabel les vio el rostro en su corto cautiverio. Decidieron estrangularla y enterrarla en una fábrica de cerámica abandonada de Numancia de la Sagra (Toledo), muy cerca de la localidad de Pantoja (Toledo) donde Emilio Muñoz y su esposa habían abierto una churrería.
Una vez muerta y enterrada, Emilio y 'el Candi' se pusieron en contacto con la familia de Anabel para pedir un rescate. Incluso llegaron a simular la voz de la joven para hacer creer a su familia que estaba viva. La difusión de la voz de los secuestradores en el programa televisivo 'Quién sabe dónde' en 1995 permitió su identificación y aceleró su detención y también la de la esposa de Emilio, Felisa García, que fue absuelta en el juicio celebrado en Toledo. Ese mismo año se encontraron los restos óseos de Anabel. 'El Candi' murió en prisión en 2009 pero a Emilio aún le quedaban nueve años de condena por cumplir en aplicación de la 'doctrina Parot' que el Tribunal de Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo ha anulado.
El recuerdo de Olga Sangrador
A quien también le quedaban aún varios años de condena entre rejas -12 años- es a Juan Manuel Valentín Tejero, que el 25 de junio de 1992 raptó, violó y asesinó a la niña Olga Sangrador, de nueve años, en Villalón de los Campos (Valladolid). Juan Manuel disfrutaba de un permiso carcelario de seis días pues, por entonces, cumplía condena en la cárcel de Villanubla (Valladolid) por dos violaciones, abuso sexual a menores, exhibicionismo y robo. El cadáver de Olga fue localizado días más tarde enterrado en un pinar de Tudela de Duero (Valladolid). Durante el juicio, Juan Manuel reconoció que golpeó a la pequeña en la cabeza con una barra de hierro.
Por su parte, los peritos médicos que declararon ante el tribunal afirmaron que el procesado sufría parafilia o atracción sexual hacia los menores si bien fue "totalmente responsable" de sus actos.
Emilio Muñoz ha quedado en libertad a los 53 años y Juan Manuel Valentín lo hace a los 48. Con la 'doctrina Parot', ambos habrían permanecido en prisión hasta cumplir los 60. Sus víctimas, Anabel Segura y Olga Sangrador, tendrían hoy 42 y 30 años, respectivamente, y toda una vida por delante. Sin embargo, tuvieron la mala fortuna de cruzarse con dos asesinos que desde hoy disfrutarán de la libertad.