Arbeloa empuja al Madrid
El discutido defensa marcó, asistió y lideró la gran reacción de los blancos en la segunda mitad
MADRIDActualizado:Sin Cristiano y con uno menos durante más de una hora por una expulsión que señala a Sergio Ramos, el Madrid aceleró en una sobresaliente segunda parte, goleó a un flojo Galatasaray con autoridad y certificó su liderato de grupo. Incluso en jornadas insustanciales como la de anoche, ya que sin la bestia portuguesa y sin la necesidad de ganar para clasificarse cualquier partido pierde picante, los choques del Madrid ofrecen buenos detalles para el análisis, el debate y la polémica.
Descentrado desde que arrancó la temporada, el de Camas estropeó la noche más deseada de Jesé en una acción más propia de un alevín que de todo un campeón del mundo. El grancanario disfrutaba de su primera titularidad en ‘Champions’ porque Ancelotti dio descanso a Benzema, pero la emoción apenas le duró media hora al emergente delantero de 20 años. Lo que tardó el defensa en distraerse, mirar hacia otro lado, permitir que Umut Bulut le ganara la posición, derribarle con un leve agarrón que el turco exageró, y ser expulsado. Carletto, que miró de soslayo a Ramos cuando el zaguero salía del campo, decidió dar entrada a Nacho y retirar al punta. Una sustitución lógica desde el punto vista táctico, pero de tinte conservador si se tiene en cuenta que enfrente estaba el Galatasaray, quinto en la liga de su país, a nada menos que nueve puntos del Fenerbahçe y derrotado en dos de sus tres últimos partidos. Ofrece ahora casi tantas facilidades como con Fatih Terim, cuya destitución se fraguó precisamente tras humillante 1-6 del Madrid en Estambul. El grupo que dirige el conservador Mancini es de tercera fila. Pero estaría en octavos si en la última jornada es capaz de vencer en casa a la Juventus.
Jesé, un jugador rápido, versátil, profundo y tan desequilibrante que en su primer año con el Castilla superó el récord de goles de Butragueño y ganó el Trofeo Zarra con 22 dianas, no pudo mostrar sus virtudes. Apenas recibió balones, entre otras cosas por el juego parsimonioso de todo el equipo en el primer acto. Solo tuvo una al principio, tras un caño excelente de Marcelo, pero se lo tomó con excesiva calma y perdió el balón. Una jugada que llegaba poco después de que Bale se marchase solo, tras arrancar en fuera de juego, y la cruzase en exceso porque el balón no le cogió la rosca que pedía el golpeo del británico. Se desquitó y, de qué forma, al hacer de Cristiano en un saque lejano de falta. Su golpeo fue extraordinario, una ‘folha seca’ en versión galesa, pero el portero se lo tragó porque el balón entró por el centro y casi a media altura.
Mejor con Xabi
Con el marcador a favor, el Madrid cometió otro desliz grave. Y encima fue un minuto después. Nadie vigiló al viejo Drogba, a quien Ancelotti situó como suplente en su equipo ideal, ya que se decantó por Ibrahimovic en punta, y el marfileño asistió de lujo a Bulut. Pepe estuvo muy lento de velocidad de reacción, pero el pase era soberbio. Definitivamente, Bulut traía en jaque a los merengues. El descanso era fundamental para agruparse en el vestuario, leer de nuevo el partido, aclarar ideas y salir luego con el firme propósito de ejecutarlas.
Las prestaciones del Madrid crecieron en la reanudación, sobre todo desde que salió Xabi Alonso en lugar de un Casemiro que desaprovechó la oportunidad. El centrocampista jugó en el doble pivote junto a Illarramendi, intentó mostrarse y tocar, pero fue un jugador intrascendente.Pese a su precio gol que cerró el partido, Isco tampoco dio un golpetazo encima de la mesa. Jugó incluso de falso nueve tras la salida de Jesé, pero actuó destensado. Por encima de todos emergió la figura fue Arbeloa. Reabrió la senda de la victoria, al rematar con la zurda un buen centro de Di María, lanzó un disparo desde la frontal que casi fue gol y asistió al argentino en el tercer gol. Además, el discutido defensa vio una amarilla por simular un penalti que pudo serlo. No podía faltar la parada de Casillas, que desvió a mano cambiada un cabezazo de Drogba. Ha hecho paradas mejores el mostoleño, pero su intervención hará correr ríos de tinta.