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Rajoy, junto a Cospedal, se ajusta las gafas al inicio de la reunión del comité ejecutivo nacional del PP de ayer. :: SERGIO PÉREZ / REUTERS
ESPAÑA

El PP pide al fiscal que revise sus cuentas para comprobar que no pagó en negro

Cospedal insinúa que el juez se equivoca al dar validez a los papeles de Bárcenas porque su partido tiene una contabilidad única

RAMÓN GORRIARÁN
MADRID.Actualizado:

El PP ha pedido al fiscal Antonio Romeral que revise la contabilidad del PP aportada a la causa de su presunta financiación irregular para que compruebe que están recogidos todos los pagos de la remodelación de la sede nacional del partido en Madrid. Dolores de Cospedal dejó así entrever que el juez Pablo Ruz erró al afirmar que hay indicios de que los populares tuvieron una contabilidad B para ingresos y pagos irregulares, entre ellos los de las obras en el inmueble de la calle Génova 13 y que figuran en los papeles del extesorero Luis Bárcenas. «Este partido -aseguró la secretaria general- tiene una sola contabilidad y los papeles o cuentas que tenga otros serán de otros, y ya saben a quién me refiero».

La número dos de los populares se encastilló en la tesis de que no existe una contabilidad B y solo hay unas cuentas, que son las que entregan cada año al Tribunal de Cuentas. El hecho de que los pagos al estudio de Gonzalo Urquijo figuren en los papeles de Bárcenas y ese mismo dinero ingresara en las cuentas del arquitecto es para Cospedal algo que tendrá que explicar el extesorero, y no su partido. «La contabilidad del PP está en el juzgado y es conocida por todos», insistió la secretaria general tras la reunión del comité ejecutivo nacional de la formación.

El instructor dictó un auto el pasado viernes en el que apreció visos de veracidad en la denuncia de Bárcenas de que parte de la obra de la sede nacional del PP se pagó en negro, en concreto 1,7 de los 5,6 millones que costó la remodelación entre 2006 y 2010. Esa contabilidad B, concluyó Ruz, «habría sido utilizada para atender determinados pagos al arquitecto y responsable de la empresa Unifica». Todo ello llevó al juez a sostener que hay indicios de la existencia de «una cierta corriente financiera de cobros y pagos continua en el tiempo, al margen de la contabilidad remitida por el PP al Tribunal de Cuentas».

Cospedal señaló que lo único que puede hacer su partido, al no estar personado en la causa, es pedir al fiscal que analice las cuentas que están en la Audiencia Nacional para que compruebe «con claridad» que todos los pagos al arquitecto, imputado en el caso, fueron legales. Aseguró que está «meridianamente claro» que la relación profesional con Urquijo se ajustó a la legalidad y así se recoge en sus cuentas, donde «constan todas las facturas y cheques». «De otros papeles que no son la contabilidad del PP y todo el mundo sabe quien lo ha hecho no puedo dar conocimiento (sic) porque quien lo tiene que contar es la persona afectada», volvió a la carga la secretaria general.

Careo ante el juez

Para resolver esta disparidad de criterios, el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunció que su partido, que sí está personado en la causa, pedirá en la Audiencia Nacional un careo en ante el juez entre Bárcenas y Cospedal. De esa forma, agregó, los dos podrán «discutir amablemente» sobre las finanzas del PP. Rubalcaba apuntó que en ese cara a cara el extesorero podría explicar «qué es lo que hacía» con la presunta contabilidad, aunque Cospedal «lo sabe».

Pero no solo el PSOE planteó iniciativas, UPyD presentó en el Congreso una decena de preguntas sobre las supuestas cuentas en negro del PP. Entre ellas, se inquiere a Rajoy sobre si un presidente del Gobierno «que miente» en un pleno del Parlamento sobre las finanzas de su partido debe seguir en su puesto. La formación que lidera Rosa Díez se refería a la comparecencia del jefe del Ejecutivo del 1 de agosto en la que negó con rotundidad la contabilidad B.

No parece probable que Rajoy vaya a responder a esa pregunta ni a ninguna otra sobre Bárcenas y la financiación del PP porque considera que ya ha dicho todo lo que tenía que decir. El presidente del Gobierno y de los populares no dedicó ayer ni medio segundo al auto de Ruz o a la contabilidad en su intervención ante el comité ejecutivo nacional de su partido. Un silencio que muestra a las claras que da el asunto por superado.

Lo mismo piensan otros dirigentes que acudieron a la reunión. La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, indicó que quien tiene que hablar es Bárcenas y no Rajoy; la líder de los populares vascos, Arantza Quiroga, comentó que el presidente «ya ha dado explicaciones convincentes» y ahora la palabra la tienen los jueces; y el portavoz parlamentario de Economía, Vicente Martínez-Pujalte, dijo que el jefe del Ejecutivo «ha dado todas las explicaciones necesarias» y si hay una contabilidad B será «un problema del que la hizo», y no de los líderes del partido.