BALÓN DE ORO
Actualizado:Se aproxima el final del año y nuevamente tenemos abierto el debate del Balón de Oro, más vivo que nunca desde el punto de vista mediático porque las lesiones de Messi han dejado abierta una puerta a sus rivales y parece que existe ese punto extra de emoción que sirve para vender el 'producto' al público. Es la lastimosa evidencia que rodea a un premio que ha perdido credibilidad al mismo ritmo que lo hacen los periodistas que opinan sobre ello y cambian sus argumentos en función de deseos particulares.
La necesidad de que Cristiano sea proclamado mejor jugador de 2013 se ha convertido en una cuestión de estado, hasta el punto de que el mismísimo Mariano Rajoy, parco en palabras y explicaciones, ha querido brindarle su apoyo en público al luso. No había visto una cosa igual desde aquel campañón que se montó para que Iniesta o Xavi lo ganaran en 2010.o quizá sea algo fruto de mi imaginación, que está tan inquieta como las milongas y especulaciones que se montan con el retraso en la votación del premio.
Si nos ceñimos al debate futbolístico y al espíritu del Balón de Oro, el premio debería ser para Ribery, que ni es el mejor del Mundo (Messi) ni el jugador más en forma (Cristiano Ronaldo), pero sí el que se ha dejado notar en los momentos más decisivos de la temporada. Si Francia no se hubiera clasificado para el Mundial, otro gallo cantaría porque sería un fracaso que restaría importancia a los méritos conseguidos, pero con los 'bleus' en Brasil, el trofeo debería tener ya un hueco reservado debajo de la chimenea que tiene en el salón de su casa, tal y como anunció hace unos días el jugador.
Pero como ahora el debate está más entre el eje político franco-alemán, los petrodólares de los magnates árabes, la lucha de poderes Nike-Adidas y las promesas de devolver favores en un futuro, el único espíritu que termina despertando entre los aficionados al fútbol es el de rechazo, más allá de las pertinentes filias y fobias que siguen manteniendo la rentabilidad del chiringuito. Hasta que a unos cuantos les dé la ventolera.