Las otras pruebas contra la infanta
Cristina de Borbón habría estado presenta en varias reuniones en las que se dio luz verde a diferente proyectos de la organización Los archivos de Nóos guardan textos que apuntan a que la hija del Rey habría participado de forma activa en el instituto
BARCELONA.Actualizado:La Fiscalía insiste en que la infanta jamás estuvo al tanto de las irregularidades del Instituto Nóos porque, aunque era directiva, vivía ajena al día a día de su actividad. No hay razón, por tanto, para su imputación, argumenta el Ministerio Público. Sin embargo, diversos documentos, contratos, correos electrónicos y referencias de reuniones todavía inéditos, y que están en los archivos de Nóos y en manos de Diego Torres, apuntarían lo contrario. Que la hija menor del Rey sí que participó en decisiones importantes de aquella organización, que tenía personal de su confianza dentro del instituto y que, cuanto menos, estuvo presente en algunas de las reuniones en las que se fraguaron los mayores negocios de aquella supuesta ONG a la que fueron a parar millonarias subvenciones públicas.
Según explican fuentes del propio instituto, la mayoría de esos documentos obran en poder del exsocio de Iñaki Urdangarin y será él quien decida cuando aportarlos a la causa. Entre esos papeles están los pagos de Nóos a Roberto Molina, el informático de la institución. Molina, amigo de Cristina de Borbón con el que compartía regatas a bordo del velero Azur de Puig, fue colocado en Nóos por recomendación de la hija del Rey, que situó así en un puesto clave de la institución a una persona de su absoluta confianza. De hecho, Molina era la única persona que tenía acceso a los ordenadores de Iñaki Urdangarin y era el encargado de hacer copias de seguridad de todas las computadoras de Nóos, según fuentes del propio instituto.
Pero el informático no habría sido la única persona que trabajó para la institución por recomendación de la duquesa de Palma. Otra persona muy cercana a la infanta, Marta Mas, se dedicó a decorar las diferentes sedes de Nóos al gusto de la hija de los Reyes.
A la vista de los documentos aún no aportados a la causa, la implicación de la mujer de Urdangarin en el instituto fue desde casi el inicio de su andadura. Cristina de Borbón remitió un correo electrónico el 8 de septiembre de 2004 a su esposo en el que le adjuntaba un currículum de M. Aguirre recomendándole para que ingresara en el comité de expertos del Valencia Summit de aquel año, la primera de las tres adjudicaciones a dedo de las instituciones valencianas a Nóos, que terminarían reportando al duque y a Torres cerca de 3,5 millones de fondos públicos.
Suelta de tortugas
La Comunidad Valenciana, pero también Baleares. La infanta también estuvo presente en el primer encuentro en el que Urdangarin y el expresidente autonómico Jaume Matas comenzaron a fraguar la organización de los Balears Forum, los encuentros empresariales-deportivos calcados a los de Valencia y por los que Nóos también obtuvo ingresos millonarios por adjudicaciones sin concurso.
Fue durante una suelta de tortugas en la isla de Cabrera el 22 de agosto de 2003 a la que asistieron los duques de Palma, los de Lugo, los hijos de ambos matrimonios y la Reina. Luego, Urdangarin llamó a Torres para comentarle que la cosa marchaba y que había posibilidades de trabajar con Matas. Cristina de Borbón, del mismo modo, estaba delante cuando la noche de Reyes de 2003 Urdangarin comenzó sus negocios cerrando verbalmente un acuerdo para la asesoría deportiva con el Ayuntamiento de Alcalá de Henares (Madrid), según han desvelado fuentes del Instituto Nóos.
Solo meses después, el 17 de junio de 2003, la infanta recibió cumplida información sobre el primer concurso que ganó Nóos: organizar parte de las World Series by Nissan. Solo dos horas después de que la multinacional nipona informara al instituto de la buena nueva, el duque de Palma se lo comunicó por escrito a la infanta en un correo electrónico. Anteriormente ya le había puesto al corriente de todos los detalles de este concurso y de otras particularidades de los trabajos de la fundación y de la que la hija del Rey era vocal.
Será también Torres el que, llegado el momento, decida si aporta o no documentos al juez instructor, José Castro, para probar, como sostiene su entorno y personas del instituto, que la infanta participó en varias de las reuniones de las juntas directivas de Nóos en las que se dio luz verde a diferentes proyectos. En al menos tres de estos encuentros informales, en el domicilio de Torres, en el restaurante barcelonés Trapío y en el despacho de Nóos en Sant Cugat del Vallès, habría tomado parte Cristina de Borbón. Otras veces eran Urdangarin, su entonces socio y el secretario de la infanta, Carlos García Revenga, los que estudiaban los acuerdos en citas en Madrid, en ocasiones en la terraza del señorial hotel Santo Mauro.