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Sociedad

Gil Tamayo niega que la sumisión de la mujer sea un valor evangélico

No juzga el contenido del libro 'Cásate y sé sumisa', editado por el arzobispado de Granada, pero argumenta que la Iglesia predica la libertad

ANTONIO PANIAGUA
MADRID.Actualizado:

Al secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, no le gusta el título del libro 'Cásate y sé sumisa', editado por un sello dependiente del arzobispado de Granada. No censuró el ensayo abiertamente, pero dio a entender que el título es desafortunado, aunque su autora alegue que está inspirado en la epístola de san Pablo a los Efesios. En cualquier caso, Gil Tamayo refutó que la sumisión de la mujer al varón sea un valor evangélico. «San Pablo nos habla de que nuestra vocación es la libertad, no la obediencia ciega. La obediencia cristiana no es una obediencia cuartelera», argumentó el portavoz, quien reconoció, con todo, no haber leído la obra, cuya retirada han pedido varios partidos políticos y la Junta de Andalucía.

Recalcó que es arriesgado juzgar un libro solo por el título. Apelando a su condición de periodista, aseveró que se ha de «pasar de la entradilla al cuerpo de la noticia. De lo contrario caemos en una dinámica que no nos favorece. No he leído el libro, pero la primera impresión es que no hemos pasado del título». No obstante, destacó que el matrimonio es «una relación entre personas».

El libro, firmado por la italiana Costanza Miriano y que fue todo un 'best seller' en Italia, se inspira en una sentencia de san Pablo que dice: «Esposas, estad sujetas a vuestros maridos».

Tamayo, que explicó a la prensa las conclusiones de la asamblea plenaria de obispos que se ha celebrado esta semana, aseguró que el aborto no es una cuestión religiosa ni política. «El aborto no es un derecho. El aborto es sobre todo un problema grave, especialmente para quien lo sufre; es doloroso y trágico, y entraña situaciones comprensibles, pero que en ninguna manera justifican la eliminación de una vida humana. El fin no justifica los medios, ni en este caso ni en otros, porque la excepción nos pondría en un disparadero que se volvería contra la propia sociedad civil».

Con argumentos ya conocidos, el portavoz subrayó que la clase de Religión es un derecho que asiste a los padres reconocidos en la Constitución y que es merecedor de especial protección. A la vista de que la reforma educativa no contempla que la asignatura sea de oferta obligatoria en Bachillerato, Gil Tamayo confió en que los futuros decretos que desarrollarán la Lomce satisfagan las aspiraciones de los prelados. Tamayo quiere que la asignatura confesional se sustraiga de la contienda política y encuentre su lugar apropiado en «clave no ideológica», como un «derecho fundamental» más.

En cuanto a los dineros de la Iglesia, el vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal, Fernando Giménez Barriocanal, informó de que los obispos trabajan con la hipótesis de obtener en la campaña fiscal de este año 247,9 millones procedentes de la asignación tributaria. Ello significa la misma cantidad que se consiguió en el ejercicio precedente. El Fondo Común Interdiocesano estará dotado en 2014 con 231,6 millones, una vez descontados los seis millones que se destinarán a Cáritas, la previsión por compensación del IVA (5,5 millones) y las campañas a favor de la financiación de la Iglesia (4,8 millones). Por cuarto año consecutivo el fondo no experimenta ningún incremento. La parte del león de estos presupuestos se dirige a pagar las retribuciones del clero y los obispos, lo que supone 154 millones de euros. La cantidad destinada la Conferencia Episcopal se cifra en 4,4 millones, lo que representa un crecimiento del 1,5%.

«La Iglesia no vive del Estado», sostuvo el portavoz episcopal. Para el secretario general, la Iglesia sigue trabajando para conseguir su autofinanciación.