Merkel ya defiende ante la patronal el salario mínimo
La canciller recula y acepta la principal exigencia de los socialdemócratas para firmar la 'gran coalición'
BERLÍN. Actualizado: GuardarLos resultados electorales y las negociaciones con los socialdemócratas para formar una 'gran coalición' de gobierno obligan a aceptar concesiones que de ninguna manera figuraban en el propio programa electoral y que se rechazaron tajantemente en campaña. La canciller alemana justificaba así ayer la introducción del salario mínimo interprofesional de 8,5 euros la hora en todo el territorio nacional dejaba claro de paso que «no hay que darle más vueltas», dando por hecho que esa medida laboral, innegociable para el SPD, formará parte del acuerdo que suscriban las dos grandes formaciones políticas alemanas para gobernar.
Merkel hacía esas declaraciones en un foro económico nacional y ante lo más granado del mundo empresarial y financiero germano poco antes de acudir a la sede de su Unión Cristianodemócrata (CDU) para presidir una nueva sesión plenaria de las negociaciones para la 'gran coalición' junto a sus hermanos de la Unión Socialcristiana (CSU) de Baviera y el Partido Socialdemócrata (SPD).
Pese a que sus asistencia al foro organizado por un diario de difusión nacional resultaba quizás inoportuna por estar las citadas negociaciones en plena ebullición, la canciller aprovechó la ocasión para reiterar que los conservadores defenderán en la legislatura recién iniciada la consolidación fiscal sin subidas de impuestos ni nuevo endeudamiento, la mejora de la competitividad, la reforma energética y la concesión de la unión bancaria en la zona del euro.
Aunque sólo habló de generalidades y sin precisar punto alguno, sorprendió al confesar ante altos representantes de la patronal que los socialdemócratas se saldrán con la suya, que podrán contar con su salario mínimo, pero además por ley, en todo el territorio nacional y por la cantidad exigida. Y si alguno piensa que de las negociaciones para la 'gran coalición' «saldrá algo no tan bueno, les advierto de que, desde el punto de vista de la economía, con otras constelaciones (políticas) podría salir algo mucho peor», dijo Merkel. Eso sí, en plan consolación aseguró que «haré todo lo posible para evitar la pérdida de puestos de trabajo» como consecuencia de esa ya inevitable medida.
Por buen camino
Las palabras de la canciller parecieron además impulsar las lentas y hasta ahora poco productivas, por lo menos en los que se refiere a resultados palpables, negociaciones para la 'gran coalición'. En un receso de la sesión plenaria de ayer, los secretarios generales de los tres partidos políticos implicados aseguraron que marchan por buen camino, reconocieron que en los próximos días los grupos de trabajo pasarán más de una noche en vela y se comprometieron a que el documento vinculante para un compromiso de gobierno de conservadores y socialdemócratas esté redactado lo más tarde el miércoles próximo.
El mayor problema al que se enfrentan para alcanzar esa meta es la financiación, ya que las demandas planteadas por las dos formaciones en los distintos grupos de trabajo acarrean un gasto adicional de hasta 50.000 millones de euros anuales suplementarios a los presupuestados, lo que obligará a recortar e incluso tachar de la lista final más de un «capricho». El sectetario general de la CDU, Hermann Gröhe, anunció ya ayer que hay consenso para no subir impuestos y para reducir el endeudamiento del país.