El alcalde de Toronto pierde los poderes pero mantiene el despacho

El alcalde de Toronto, Rob Ford, ha prometido una guerra abierta en las elecciones municipales del próximo año después de que el Ayuntamiento le haya dejado prácticamente sin poderes ni personal. «Ustedes acaban de atacar Kuwait», comparó, «amigos, esta va a ser una guerra abierta en las próximas elecciones y voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para vencerles».

El consistorio decidió en dos sesiones históricas, el viernes y el lunes por la tarde, limitar el presupuesto de Ford, reducir a la mitad su personal y delegar la mayoría de sus poderes al vicealcalde, Norm Kelly. Es el último capítulo de un escándalo que comenzó en mayo cuando varios medios de comunicación aseguraron haber visto un vídeo en el que estaba fumando 'crack' y se publicó una foto del alcalde abrazando a tres hombres, conocidos por sus vínculos con el crimen organizado.

Ford rechazó las acusaciones pero a principios de este mes el jefe de la Policía de Toronto, Bill Blair, confirmó que el vídeo se encontraba en su poder tras una serie de redadas. El alcalde acabó admitiendo que había fumado 'crack', que compraba narcóticos y que condujo borracho. En una escalada de torpeza y confusión, negó también haber mantenido sexo oral con una de sus antiguas asistentes explicando que ya tenía «suficiente» en casa con su mujer. Poco después se disculpó por estas declaraciones.