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La Junta 'quita grasa' de la formación para el empleo

No toca las agencias públicas más polémicas y costosas pero recorta los consorcios formativos y el personal subcontratado

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Desde que la consejera de Hacienda, María Jesús Montero, pronunciara la famosa frase «ya no queda grasa por suprimir», haciendo referencia a posibles recortes en gastos superfluos en la administración paralela de la Junta de Andalucía, desde Sevilla han seguido metiendo tijera, en la mayoría de los casos sin comunicar los recortes ni a las propias delegaciones territoriales, cuyos representantes van encajando a lo largo de estas semanas las malas noticias, amortiguando golpes como pueden. A finales de octubre, la Junta anunció a través de sus presupuestos un ahorro de 148 millones para 2014 en el sector público, dejando la aportación para fundaciones, agencias y demás entes públicos en 2.916 millones. Esta cantidad a ahorrar no alcanza el porcentaje del 8% que se impuso la propia Consejería de Hacienda y Administración Pública porque por primera vez se incluyen en el listado todas las empresas en las que la Junta tiene participación mayoritaria.

Aunque el ahorro no alcance ni los parámetros que los propios dirigentes andaluces se habían marcado, en esta provincia se está comprobando que la tijera de la Junta está dañando a sectores con un alto rendimiento laboral y social;como en el caso de los recortes previstos en los consorcios formativos tipo Escuela de Hostelería de Cádiz, ubicada en el centro de la capital; o el Centro de Técnicas Industriales, con sede en San Fernando. Así como la supresión de los contratos de las 92 administrativas de colegio, que afecta al funcionamiento de unos 150 centros gaditanos. Estos ejemplos que han llenado las páginas de los periódicos en días pasados no son casos inconexos, sino que responden a los dos tajos principales ejecutados en Andalucía; a los centros dedicados a la Formación para el Empleo y al personal de servicios subcontratado.

En el caso de los consorcios formativos, se complica la explicación del ahorro porque recortan presupuesto mínimos con altísimo rendimiento social y laboral. Entre las dos escuelas gaditanas citadas, la de Hostelería y el CTI de San Fernando, apenas suman una inversión de dos millones de euros al año y en ellas se forman un total de 150 jóvenes cada curso, atendiendo la demanda de formación profesional de miles de desempleados en cada convocatoria. Se ha hablado mucho de su elevadísimo grado de inserción, algo que nadie discute, y que se sitúa en torno al 90%. Y no hace falta recordar que ambos centros abastecen de trabajadores cualificados a los dos sectores estratégicos de la Bahía;la hostelería y el metal (y en los últimos cursos también a la aeronáutica).

Por mucho que el delegado del Gobierno de la Junta, Fernando López Gil, intente explicar que la formación se impartirá en diferentes institutos de la provincia «aún sin determinar», es difícil argumentar este recorte, mientras que la Administración autonómica atesore fundaciones, participaciones mayoritarias en sociedades mercantiles y consorcios públicos tan dispares como la Fundación Rey Fhad Bin Abdulaziz, un apartahotel en el complejo Trevenque de Sierra Nevada o la Fundación Pública Andaluza Baremboim-Said.

La primera, Rey Fhad Bin Abdlaziz, está dedicada teóricamenta a la financiación y apoyo a la investigación médica y hospitalaria en el ámbito del Hospital Costa del Sol, pero fue noticia hace meses por haber perdido 150.000 euros tras invertir más de 400.000 euros en acciones preferentes. Dicha fundación cuenta con un presupuesto anual de 107.665 euros para 2014. Por su parte, el apartahotel en el complejo turístico de Sierra Nevada tiene un coste presupuestado para el próximo año de 365.000 euros. Este apartamento, situado a 50 metros del telecabina Al-Andalus, es propiedad de la Junta a través de Promonevada. Se trata de la punta del iceberg del complejo turístico público de Cetursa Sierra Nevada, en el que se encierra incluso una agencia de viajes, Sierra Nevada Club, entre ambos suman un presupuesto superior a los 38 millones para 2014. Otro gran pesebre público que no ha sufrido las consecuencias de los recortes de la Administración.

Política antes que empleo

En tercer lugar, y como otro ejemplo de ente mantenido con fondos públicos, la Fundación Baremboim-Said, dedicada a la promoción de los proyectos del conocido músico en el arco oriental del Mediterráneo. Algo similar a lo que se hace en la Fundación Tres Culturas. La de Baremboim-Said cuenta con un presupuesto de 1.135.798 euros para 2014 y cuenta entre sus patronos con el expresidente del Gobierno español, Felipe González Márquez, además de con la actual presidenta de la Junta, Susana Díaz, y al consejero de Educación, Cultura y Deporte, Luciano Alonso, como representantes lógicos del actual gobierno de la Junta en la Fundación. La Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, adscrita a la Consejería de Presidencia, y que no aparece en el listado facilitado a los medios, gestionaba un presupuesto de tres millones de euros en 2012. En su web tampoco aparece ninguna memoria de actividades o presupuesto que arroje luz sobre su financiación.

En la Consejería de Presidencia, dirigida ahora por el consejero gaditano, Manuel Jiménez Barrios, se encuentran otros grandes despilfarros, como la asignación que la Junta concede cada año desde hace decenios a las emisoras municipales y a la entidad EMA-Radio Pública de Andalucía. Entre ambas partidas, el presupuesto se eleva a 700.000 euros para 2014.

Retomando el apartado de consorcios formativos, cabe explicar que las 14 entidades públicas, integradas desde finales de los noventa en las ocho provincias andaluzas, tienen un coste total de 23.576.310 euros al año. Una cantidad mínima respecto del montante de todas las agencias, fundaciones, consorcios y participaciones en empresas que configuran la Administración paralela de la Junta, que supera los 3.520 millones de euros anuales.

Sin entrar en los grandes pesebres de la Junta, de los que apenas hay datos detallados y centrando el análisis sólo en los propios consorcios formativos, tampoco es fácil entender por qué se recortan los planes formativos de las escuelas de hostelería de Andalucía, igualándolos por lo bajo a las exigencias de la Unión Europea. Utilizando, ahora sí, el argumento de que hay que unificar criterios con Europa. En ningún texto de la Unión Europea se lee que haya que igualarse en lo mediocre. Los cinco centros hosteleros (incluyendo la Hacienda la Laguna de Baeza)verán reducida su formación de dos a un año por especialidad y se eliminarán las materias que aportaban un marchamo de excelencia en estas enseñanzas, como el uso de las nuevas tecnologías o los idiomas. Lo único positivo para el alumnado es que la titulación tendrá validez en el espacio europeo, aunque pierda calidad y caché.

Agravios comparativos

Por otra parte, Educación ha decidido suprimir el Centro de Técnicas Industriales (CTI)de San Fernando, Formades de Huelva (dedicado a la formación ecuestre) y Forman de Málaga (especializado en Comunicaciones y Tecnologías de la Información). Estos consorcios suponen el 7,7% del presupuesto total de 23,5 millones, cumpliéndose en este caso el umbral de ahorro del 8% marcado por la propia Junta. Pero la Administración andaluza no toca al resto. Continúa el centro de formación de las Industrias del Ocio de Mijas, con un presupuesto de 3.342.440 euros para 2014, y que supone más de tres veces la inversión destinada al centro del metal isleño. También permanecen intactos los centros de formación del Mármol de Almería y de Artesanos de Gelves, con presupuestos para 2014 de 2,2 millones de euros y 2 millones, respectivamente. Siguiendo el razonamiento esgrimido por la Junta para explicar los recortes ejecutados en Cádiz y Huelva (porque el caso de Málaga es más complejo, con incumplimientos por parte de los patronos de la fundación), por el que se apela al hecho de que la Formación para el Empleo se puede impartir desde los institutos de Secundaria, no se entiende que sólo se integren estos tres y no los 14 consorcios formativos.