Mata, Koke y Negredo, tras el gol de Guinea Ecuatorial. / Afp
FÚTBOL

Un experimento fallido

El debú de Bartra, los goles de Cazorla y Juanfran y la alegría del pueblo ecuatoguineano, únicas notas positivas del amistoso más extraño de la selección española

MADRID Actualizado: Guardar
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El extraño partido de España en Guinea Ecuatorial, el primero jugado en Malabo por una selección europea, dejó como balance un triunfo sofocante y casi la misma polémica que en los días anteriores a tan fallido experimento.

Si la previa estuvo marcada por la idoneidad del destino elegido por la Federación Española de Fútbol, un país regido por el régimen dictatorial de Teodoro Obiang, tras el encuentro no son pocos los que se preguntan para qué sirvió el supuesto choque de preparación mundialista ante los hombres de Andoni Goicoetxea.

La únicas notas positivas fueron el debut de Marc Bartra con la absoluta -resultó curioso ver al central del Barça lucir el ‘10’ a la espalda- y los goles de Cazorla y Juanfran. Por contra, el amistoso ante los ecuatoguineanos pudo tener consecuencias terribles para algunos de los jugadores de la selección, como Xabi Alonso, Alberto Moreno o Fernando Llorente.

El caso más llamativo fue el de Xabi Alonso. El mediocentro tolosarra, que además ejerció como capitán de ‘La Roja’ en su regreso tras ocho meses ausente, tuvo que abandonar el terreno de juego en el primer tiempo tras una durísima entrada de del camerunés Fidjeu. Por suerte para España y para el Real Madrid, equipo que ha perdido a Sami Khedira para los próximos seis meses, lo de Alonso se quedó en un susto.

No era la primera dura entrada del ‘12’ de Guinea, que ya había visto una amarilla por otra acción desmedida sobre Alberto Moreno. Ya en el segundo tiempo, Fernando Llorente fue arrollado por Mbele en una acción reprobable, una tijera con las dos piernas en la que el delantero de la Juve tuvo mucha suerte de salir indemne.

«Inhibición»

Del Bosque y sus jugadores españoles se quejaron a la conclusión del partido de la extralimitación de sus adversarios en bastantes acciones. «Algunos jugadores se han inhibido por la dureza de los jugadores de Guinea Ecuatorial», reconocía el seleccionador español, aún circunspecto.

Tampoco se pueden sacar demasiadas conclusiones por la entidad del rival y por el once presentado por Del Bosque. Apenas quedan dos partidos de preparación antes de Brasil 2014 (ante Sudáfrica el próximo martes y ante Italia el próximo 5 de marzo) y en Guinea Ecuatorial sólo jugaron de inicio tres jugadores que parecen fijos en la lista de 23 de Del Bosque: Pepe Reina, Xabi Alonso y Jesús Navas.

A la dureza de los ecuatoguineanos y a las pocas conclusiones de las probaturas, hay que sumar el duro estado del terreno de juego, algunos despropósitos menores en la organización y los 24.000 kilómetros que van a ‘meterse entre pecho y espalda’ los jugadores de la selección en la ‘gira africana’.

Ni siquiera se puede encontrar una ‘justificación’ económica, ya que la FEF no va a cobrar ante Guinea Ecuatorial y Sudáfrica el altísimo caché que suele pedir en sus amistosos y que se sitúa en una orquilla de entre dos y tres millones de euros.

Al menos, ‘La Roja’ llevó la alegría a las abarrotadas gradas del Nuevo Estadio de Malabo, donde se vivió el bolo ante los campeones del mundo como si se tratase del día de la fiesta nacional. Por suerte para España, la fiesta acabó en paz...

Superado el escollo de Malabo, el regreso de la selección española al Soccer City permite revivir las emociones de la final del Mundial de 2010, que sigue grabada con letras de oro en la historia de la ciudad por ese gol de Iniesta que acabó con Holanda en la prórroga.

Nada más aterrizar este domingo ‘La Roja’ en Johannesburgo, donde una vez más recibió el cariño del pueblo y las autoridades sudafricanas, el presidente de la Federación, Ángel María Villar, se desplazó en coche unos 100 kilómetros hasta Potchefstroom para cumplir una promesa en la pequeña localidad donde la selección estuvo alojada durante el Mundial. Se llevó el trofeo de campeones y se lo dedicó a las autoridades locales a modo de homenaje por su extraordinaria acogida durante la Copa del Mundo.

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