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Zahir Belounis, en una imagen de archivo.
FÚTBOL

La pesadilla de Belounis

Llegado en 2007 a Catar, el exfutbolista francés se encuentra retenido por una ley que no le permite abandonar el país

JUAN JOSÉ GONZALO
MADRID Actualizado:

Hace más de diez años, Zahir Belounis consiguió cumplir su sueño y convertirse en futbolista profesional. El deseo de casi todos los niños, pero al que pocos afortunados tienen acceso. El francés, de 33 años, se marchó en 2007 a jugar a Catar. Allí, tras haber disputado una modesta carrera, El-Jaish le ofrecía un suculento contrato para colgar las botas en la débil Catar Stars League del país asiático. Una liga en pleno desarrollo en la que el dinero nunca pareció ser un problema.

Seis años más tarde, y con un equipo que lidera el campeonato local con cierta brillantez, vive su particular pesadilla. El francés se encuentra envuelto en una disputa legal con su ya antiguo equipo por un pago pendiente del salario de dos años. Ahora, el deseo de Belounis y de su mujer es volver a Francia, algo que no le permite una norma jurídica del país del Golfo, que asegura que los inmigrantes sólo pueden abandonar Catar en el momento en que reciban el consentimiento de su empresa. Un delirio que comenzó en junio de 2012, y que aún hoy no se encuentra resuelto.

Tras intentarlo absolutamente todo, ha decidido a escribir una carta dirigida a Zidane y Pep Guardiola, en la que ruega que, como embajadores de la Copa del Mundo de Catar 2022, le ayuden a conseguir el visado de salida. El exjugador del El-Jaish reconoce estar «muriendo poco a poco» y asegura que se siente como un rehén. Una grave situación que no es, sin embargo, desconocida en el mundo del fútbol, que ya ha vivido escándalos similares.

Después de ganar la Copa de África el pasado mes de febrero con Nigeria, el centrocampista del Betis Nosa Igiebor fue retenido en su país de origen por no tener en regla los documentos de trabajo en España. El jugador verdiblanco reconoció estar «desesperado» ante una situación que consiguió resolver 23 días después. Algo similar a lo ocurrido en los partidos clasificatorios para la Eurocopa de 2008. Catorce jugadores de la selección de Bélgica, con los visados caducados, fueron 'secuestrados' en un control de aduanas en Bakú dos días antes de enfrentarse con Azerbaiyán. Futbolistas como Mirallas, Van Buyten o Kompany tuvieron que llamar al embajador belga del país caucásico para desbloquear la situación.

Más curioso resulta un caso vivido en 1995, cuando ni Galatasaray ni Lausana permitieron acudir a Norman Mapeza y Agent Sawu a un partido de la Copa de África con la selección de Zimbabue por temor a que sus futbolistas contrajeran el Ébola. Tanto Mapeza como Sawu aceptaron resignados la decisión de sus clubes y, como en situaciones anteriores, todo se solucionó. Algo que por el momento no ha resuelto Belounis, que continúa con su calvario. Tras vender todos sus bienes, su mujer y sus dos hijas (nacidas en Catar) le dan la fuerza necesaria para continuar sonriendo.