El conflicto nigeriano se extiende a los países vecinos
El secuestro de un sacerdote francés en un pueblo de Camerún muestra la capacidad de la guerrilla Boko Haram fuera de su territorio
Actualizado:El secuestro en Camerún del sacerdote francés George Vandenbeusch ha puesto de manifiesto la extensión del conflicto generado por la guerrilla Boko Haram a los países limítrofes. El rapto del religioso tuvo lugar ayer, a primeras horas de la mañana, en su parroquia de Nguetchwe, localidad situada a 30 kilómetros de la frontera con Nigeria. La acción evidencia la ampliación de las actividades de los rebeldes al Estado vecino, incapaz de contener las incursiones de los guerrilleros.
El pasado mes de febrero una familia de turistas galos también fue capturada en la misma zona y liberada dos meses después, tras el pago de una cantidad cercana a los 2,3 millones de euros, según los diarios parisinos. Esta operación ha incidido sin duda en la consideración del grupo y de los radicales de Ansaru como organizaciones terroristas por Estados Unidos, medida oficial hecha pública hace dos días por el Departamento de Estado.
La vulnerabilidad de la región camerunesa del Extremo Norte se extiende a las provincias meridionales de Níger, receptoras de un número creciente de refugiados. El despliegue masivo del Ejército nigeriano en el noreste del territorio ha provocado la huida de emigrantes y nativos. La Oficina de Naciones Unidas para los Asuntos Humanitarios (OCHA) anunció ayer que, mientras en junio había 6.000 personas huidas de las zonas de combate, hoy se contabilizan más de 40.000 diseminadas en una veintena de campamentos.
Las malas cosechas de cereales en la región aventuran el agravamiento de la situación humanitaria, ya precaria por la proliferación de conflictos. Níger cuenta también con 60.000 refugiados procedentes de Malí y Camerún, además de unos 100.000 huidos de la República Centroafricana y otros 3.000 llegados de Nigeria.