Siete detenidos por intentar atentar con un coche bomba contra el prostíbulo 'Paradise'
Los Mossos les acusan de lanzar dos artefactos en La Junquera y tratar de detonar el vehículo en un posible ajuste de cuentas
BARCELONA. Actualizado: GuardarLos Mossos d'Esquadra culminaron con la detención de siete personas una investigación que se ha prolongado durante doce meses sobre la cadena de atentados que sufrió en 2012 'Paradise', uno de los mayores prostíbulos de Europa y situado en La Junquera, en Gerona, en las proximidades de la frontera francesa.
En poco menos de un mes, en diciembre del año pasado, el macroburdel, fue objeto de tres ataques y amenazas. En el primer siniestro, el día 12, dos encapuchados montados en una moto lanzaron dos artefactos explosivos contra el edificio. Uno de ellos no hizo explosión, pero el otro sí y causó desperfectos en una puerta. Días después, en la víspera de Nochebuena, cinco personas dejaron aparcado un coche bomba delante del local, aunque el artefacto, compuesta por un kilo de explosivo TNT y dos bombonas de butano, no explotó por un fallo en el detonador. Los autores huyeron en un coche robado que quemaron en una localidad cercana. El último incidente se produjo en Nochevieja cuando clientes y trabajadores del 'Paradise', unas 800 personas, tuvieron que abandonar el club por un aviso de bomba que acabó siendo falso.
Las siete detenciones practicadas ayer en diferentes poblaciones de Barcelona y Gerona fueron posibles porque la noche que los arrestados colocaron el coche bomba y huyeron en el automóvil robado que luego lo quemaron se dejaron la botella del líquido inflamable junto al vehículo. A partir del código de barras los investigadores pudieron dar con la tienda donde fue comprado el producto y allí pudieron analizar las imágenes captadas por las cámaras del establecimiento. En principio, los Mossos sospechan que los siete arrestados actuaron por encargo, si bien el caso permanece bajo secreto de sumario y no ha trascendido quién pudiera estar detrás.
Ajuste de cuentas
En el marco de la investigación se sopesó que los ataques hubieran sido orquestados por locales de la competencia que buscaban hundir al Paradise. También se apuntó a un ajustes de cuentas entre bandas mafiosas. El caso es que el propietario del burdel, José Moreno, ya ha sido condenado por favorecer la inmigración clandestina y ahora está imputado como presunto cerebro de una red de proxenetas.
Pocos días después del primer ataque los Mossos recibieron una carta anónima en la que se advertía de que los artefactos serían cada vez más potentes si el propietario del local no pagaba «las deudas pendientes» y cumplía con las «obligaciones contraídas».