Ni explosión ni ola gigante
Aunque el tribunal afirma que es imposible saber la causa del naufragio sí descarta hipótesis «curiosas» expuestas en el proceso
LA CORUÑA.Actualizado:La Audiencia de La Coruña asegura en su sentencia que no ha sido posible conocer las verdaderas causas del naufragio del 'Prestige'. Lo que sí hace en cambio es descartar algunas de las explicaciones ofrecidas durante el proceso por las defensas. A estas no duda en catalogarlas como de «a veces curiosas» dado la imposibilidad de constatarlas.
«Han sido tantas las hipótesis suscitadas que parece preciso aludir a las más importantes para precisar cuáles han sido los extremos más determinantes de ese debate», apunta el tribunal.
La primera de estas versiones achaca la rotura del casco del petrolero a una explosión, una posibilidad que han rechazado todos los peritos que han testificados durante el proceso, ya fuese en el interior del barco o por una causa ajena el mismo. Esta teoría se basa en las declaraciones de todos los marineros que se encontraban a bordo del buque cuando se inició el naufragio. Según ellos, antes de comenzar a escorarse el barco se escuchó un sonido semejante a una explosión, un fenómeno que los expertos achacan al propio sonido del casco al romperse. A ello suman que la cubierta no presentaba signos de que se hubiera llegado a producir una deflagración ni tampoco la grieta del casco cuando fue examinada.
Otra de las posibilidades apuntadas y base de la defensa del capitán Mangouras es la de que una ola gigante golpeó el petrolero causando los daños que a la postre provocaron el hundimiento. Para los magistrados encargados del proceso esta tesis fue expuesta «por un especialista cuyos criterios técnicos son tan respetables como inconstatables». En concreto, se trata del físico Alfred Osborne, de la Universidad William and Mary de Estados Unidos, que aseguraba que el 13 de noviembre de 2002 se registraron «olas extremas» de hasta 16 metros de altura en la zona de la Costa Gallega que pudieron dañar el buque y, a la postre, provocar el naufragio. Como justificación, Osborne arguyó que este tipo de fenómenos naturales son más frecuentes de lo que se piensa por norma general. Sin embargo, la sentencia no le da credibilidad y estima que «una ola gigante o extrema que nadie vio, que nadie registró y que no afectó más que a un buque, tal vez sea posible, pero no es demasiado verosímil y desde luego, no está ni remotamente probada».
Troncos a la deriva
Otras partes aseguraron que el boquete en el casco del 'Prestige' se originó por el choque con troncos a la deriva. Apoya esta hipótesis el hecho de que el 12 de noviembre de 2002 el buque Varnadiep comunicó al Centro de Coordinación de Salvamento de Vigo la perdida de 200 troncos en una zona próxima a la que se encontraba al día siguiente el 'Prestige'. Muchos de ellos aparecieron varados durante las jornadas posteriores en las costas gallegas.
Otra posibilidad que se apuntó durante el juicio y que en la sentencia se da por descartada es la de la colisión del 'Prestige' con un embarcación semihundida tipo trimarán. En efecto, el mismo 13 de noviembre de 2002 el Sopra Baltazhar se fue a pique, teniendo que ser rescatado su único tripulante por un helicóptero de Salvamento Marítimo. «No hay constancia de ese choque», señalan los magistrados quienes añaden que incluso de haberse producido ese choque se desconoce si hubiera resultado suficientemente potente para abrir la grieta en el costado del petrolero.
Aunque no se da nada por cierto, el desarrollo de la sentencia y las pruebas que en ella se reflejan como hechos probados sí que dejan entrever el verdadero motivo que llevó el petrolero hasta el fondo del mar: El 'Prestige' presentaba tan pésimas condiciones que nunca debió zarpar.