«Yo mismo me hice un torniquete; he estado a punto de quedarme impotente»
El hombre al que una prostituta le seccionó el pene dice que había estado de copas con unos amigos y que apenas se enteró de la orgía por la borrachera
MÁLAGAActualizado:Había tomado «bastantes» copas. Tantas que, reconoce, ni se enteró de la orgía. Hasta que la borrachera se le quitó de golpe. Tampoco vio el arma ni intuyó la agresión. Lo último que esperaba, en plena faena, era un navajazo. Solo recuerda el dolor, muy intenso, y la sangre. «Yo mismo me hice un torniquete con unos vendajes. He estado a punto de quedar impotente», relata el hombre al que una prostituta presuntamente le seccionó el pene en un local de alterne tras una discusión por el pago del servicio.
Estuvo de farra con unos amigos, y la noche acabó en un local de alterne de la Costa. Allí siguió bebiendo. «Me dio la 'picaíta'», confiesa. Decidió subir a una de las habitaciones con tres chicas, una española, otra brasileña y la tercera... «también de por ahí, sudamericana». Sabía de antes cuánto costaba el servicio: «Cobraban 70 euros cada una». Cuando llegó la hora de abonar la tarifa, comenzó la disputa. «Le dije a una de ellas que no le iba a pagar. Reconozco que me puse un poco pesado por las copas que me había tomado», afirma el herido, que prefiere mantenerse en el anonimato. «Pero nunca pensé irme sin hacerlo. Hubiese pagado abajo y ya está».
Dice que las chicas dejaron de discutir y dos de ellas comenzaron a acariciarle. Él se confió y las dejó hacer. Entonces, en pleno acto, una de las mujeres supuestamente le atacó con un arma blanca, según su relato del suceso. No vio el objeto con el que le hizo un corte en el pene, pero piensa que pudo ser una navaja pequeña o un bisturí. «No lo esperaba, me sorprendió por completo. Hay que tener muy mala leche para hacer algo así, por no decir otra cosa peor».
Dos horas de operación
Empezó a desangrarse. Le cuesta describir el dolor tan intenso que sintió. Unos empleados del local subieron unas vendas. El cliente continúa: «Taponé la herida y cogí un taxi que me llevó hasta un centro de salud. Ahí me hicieron una primera cura, pero el corte era demasiado profundo y me derivaron al hospital (Costa del Sol, en Marbella)». Llegó grave. Tuvieron que ponerle una transfusión por la hemorragia y lo metieron directamente en el quirófano, donde lo operaron de urgencia. «La intervención duró dos horas. Por suerte salió todo muy bien, pero los médicos me dijeron que estuve a un pelo de perder la vida o quedar impotente», insiste.
Aún se está recuperando de la agresión que, según le han dicho, solo le dejara una cicatriz apenas visible en la piel. Asegura que ha aprendido «una lección muy grande» en la vida: «No volveré a un sitio de esos. Para mí, eso se acabó para siempre».