¿De qué se sorprenden?

Sospecho que en España hay muy pocas personas que hayan leído la biblia y me baso en la siguiente evidencia: si se han rasgado las vestiduras por la publicación del libro 'Cásate y sé sumisa', no me imagino lo que deberían hacer al leer las lindezas que la biblia reserva para las mujeres. Cito el Éxodo 20(3:17) en la parte que deja bien claro el lugar de la mujer en el mundo y en la ley: 'No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo'. Ríanse del libro de marras. Ese tipo de enseñanzas son los que hemos permitido que se introduzcan en nuestras escuelas y en las mentes de niños desde 3 a 16 años y que son impartidas por personal que el espíritu divino designa o, en su defecto, el obispo de turno. Sumisos hemos sido con la presencia de las religiones en los colegios y, envalentonados, se atreven con libritos más o menos patéticos que siguen insistiendo en difundir el pasatiempo número uno de los integristas: decirnos lo que tenemos que hacer con nuestras vidas, nuestro cuerpo y, gracias a la educación pública, con nuestras mentes.