Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Varias personas recorren la zona afectada en busca de sus pertenencias. / Afp | Atlas
tragedia en el sudeste asiático

Enterramientos masivos en Filipinas para evitar las epidemias

El Gobierno eleva a 1.833 los muertos y a siete millones los afectados por el supertifón 'Haiyan'

AGENCIAS
MADRIDActualizado:

Cinco días después de que el tifón 'Haiyan' arrasara las provincias centrales de Filipinas, las autoridades locales y organismos religiosos han comenzado a cavar fosas comunes donde enterrar a las víctimas mortales y prevenir así que broten enfermedades y epidemias. Al menos 150 cuerpos sin vida, ninguno de ellos identificados por las autoridades, fueron enterrados en una fosa común cerca de la iglesia de Palo, en la isla de Leyte, reporta el canal local 'GMA'.

En esta región, que quedó totalmente devastada el viernes pasado por el tifón 'Haiyan', el hedor de los cadáveres amontonados en calles y bajo los escombros se hace insoportable, mientras decenas de miles de personas necesitan urgentemente víveres de primera necesidad para aguantar hasta que llegue más ayuda. Las autoridades se han visto desbordadas por la cantidad de muertos cuyos familiares o vecinos llegan continuamente al recinto religiosos de Palo y el edificio habilitado como morgue.

El balance de víctimas sigue siendo difícil de establecer. La ONU, que el martes pidió 301 millones de dólares (225 millones de euros) para ayudar a las víctimas, habló de 10.000 muertos en Tacloban, pero el presidente filipino, Benigno Aquino, considera la cifra es "demasiado elevada" y ha indicado por su parte entre "2.000 y 2.500" muertos. El último balance provisional del gobierno filipino es de 2.344 muertos y 80 desaparecidos, aunque miles de cuerpos en descomposición siguen todavía esparcidos por las ciudades devastadas por el tifón .

El secretario del gobierno, Rene Almendras, reconoció este miércoles que las autoridades están desbordadas por el número de muertos. "La razón por la que dejamos de recoger cadáveres es que ya no nos quedaban sudarios pero ahora tenemos 4.000" indicó. En total, la ONU calcula que más de 11 millones de personas, el 10% de la población de Filipinas, se han visto afectadas por la catástrofe, y hay 673.000 desplazados. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cerca de tres millones de personas han perdido temporal o definitivamente sus medios de subsistencia.

Riesgo de contaminación del agua, gripe y cólera

En Barangay Paon, en el noreste de la isla Panay, también se ha informado de un sepelio masivo de 55 personas no identificadas, que se cree pertenezcan a un grupo de marineros residentes en Masbate, el pasado domingo. "Los cadáveres pueden contaminar otras fuentes como el agua, pero no son los causantes de la difusión de enfermedades", ha declarado el director de Centro Nacional de Epidemología, Eric Tayag, al canal filipino.

El paso de la tormenta tropical 'Zoraida'" por la región occidental del archipiélago filipino ha llevado más lluvia a Tacloban y las poblaciones cercanas que agrava las inundaciones parciales de varias zonas de la ciudad. La propagación de enfermedades como la gripe y la aparición del cólera u otras epidemias es una de las máximas preocupaciones de las autoridades locales.

Comienza a llegar la ayuda

Mienstras tanto, las provisiones de alimentos y agua potable y el suministro de material médico continúa llegando con cuentagotas a las provincias centrales de Samar, Leyte y el norte de Cebú, las más afectadas por el desastre natural, aunque las agencias nacionales e internacionales han empezado a desplegarse en la región. Cinco días después del paso del tifón, uno de los más potentes de la historia con vientos de 300 km por hora y olas de más de cinco metros, los supervivientes de Tacoblan buscan desesperadamente huir del desastre. Algunos, agotados y hambrientos, provocaron una avalancha el miércoles por la mañana en el aeropuerto en ruinas de la ciudad para intentar subirse a alguno de los aviones militares que traen ayuda humanitaria.

"Todo el mundo está aterrorizado. Dicen que no hay comida ni agua, quieren irse" explicaba el capitán Emily Chang, un médico militar que se ocupa como puede de los heridos en el aeropuerto. "Llevamos tres días aquí pero no hemos conseguido tomar un avión. Quizás vamos a morir de hambre", señalaba Angeline, la madre de una niña de siete años que se desmayó entre la multitud. Los vuelos que despegan y aterrizan en Tacloban todavía son muy "limitados" y los ferrys están abarrotados, admite Patrick Fuller, el portavoz de la Cruz Roja Internacional en la región Asia-Pacífico. La ayuda internacional y los navíos militares occidentales tardarán días en llegar y por el momento la ayuda llega muy lentamente, a pesar de que las autoridades han anunciado que vuelven a ser accesibles todas las carreteras de las dos islas más afectadas por el tifón , Leyte y Samar.

Mientras tanto siguen llegando nuevas promesas de ayuda. El portaaviones George Washington con 7.000 marinos a bordo y otros navíos de la marina estadounidense salieron el martes de Hong Kong hacia Filipinas. Washington anunció además el miércoles el envío de otros dos navíos con capacidad para desalar agua de mar. Ante la incapacidad de los autoridades para proporcionar agua, comida, medicamentos y refugio, supervivientes armados saquearon los edificios de Tacloban que todavía siguen en pie, a pesar del toque de queda impuesto por las autoridades. También preocupa la situación en otras islas filipinas aunque todavía harán falta "semanas" para tener una visión de conjunto de la situación, según el portavoz de la Cruz Roja internacional.