Campaña de recogida de clics
Change.org se ha convertido en un referente para las reivindicaciones sociales por internet
Actualizado:Hamburgo aparece marcada en rojo en la hoja de ruta de Laura Zornoza. La ciudad del norte de Alemania es el destino de esta joven estudiante de Periodismo y Comunicación Audiovisual de la Universidad Rey Juan Carlos, que dentro de poco tiempo viajará hasta allí para estudiar unos meses como Erasmus. Estos planes se tambalearon el pasado 4 de noviembre con la decisión del Ministerio de Educación de limitar la ayuda de 150 euros solo a aquellos que hubiesen disfrutado de una beca general el año anterior. Laura decidió entonces buscar ayuda en internet y comenzó una campaña que acabó teniendo como resultado la rectificación del departamento gestionado por José Ignacio Wert.
Este episodio podía haberse quedado en una rabieta en su muro de Facebook o un indignado trino de 140 caracteres en Twitter. Optó por acudir a Change.org -la mayor plataforma de peticiones que existe en Internet- y clic a clic sumó más de 200.000 apoyos en apenas cuatro días. «Esto refleja el sentir de lo que quiere la sociedad», comenta Zornoza. A pesar de que la satisfacción se destila en cada una de sus palabras, esta universitaria considera esto «una victoria parcial» y ha entregado a representantes del ministerio los apoyos recabados para que se prolongue la dotación a los participantes de futuras edición del programa de intercambio.
«Las ganas de participar son inherentes a las personas pero estaban calladas», contesta al ser preguntada por el método utilizado. Una opinión similar a la de Francisco Polo, director de la plataforma en España. Change.org cuenta ya con 50 millones de usuarios registrados en 196 países. «Lo que buscamos es empoderar a la gente y que los cambios formen parte de su vida cotidiana», sostiene sobre el mantra de su herramienta que, según sus palabras, no tiene intención alguna de convertirse en una lanzadera para Iniciativas Legislativas Populares.
Todos los ámbitos
Cambiar la ley de espectáculos para que no se repita una tragedia como la del Madrid Arena o conseguir que una aseguradora ceda en el pulso que mantiene con una madre cuya hija tiene problemas cardiacos. En total, cerca de «500 victorias» tanto en el ámbito público como privado. «Cada vez se ven peticiones más concretas y dirigidas a quien tiene el poder de cambiarlas», subraya. No hace falta DNI. Solo un correo electrónico. «Al igual que en otras páginas como Twitter, no podemos controlar que una persona se haga dos cuentas», reconoce este emprendedor social, quien destaca los amplios controles tecnológicos y manuales para neutralizar ataques de spam que puedan desvirtuar cualquier de las reivindicaciones. En febrero de este año, una campaña de recogida de clics logró un millón de firmas pidiendo la dimisión del PP por el 'caso Bárcenas' lo que avivó el debate sobre la naturaleza de este instrumento.
«Juicios de valor puede haber en cualquier momento y en cualquier lugar. Lo importante es que haya la capacidad de responder», argumenta. Por ello recientemente han lanzado una opción para que los destinatarios se enteren de cuando reciben una petición, consultarla y responder a sus firmantes. Un soporte que ya utilizan, entre otros, el PSOE, el PP de Madrid, el alcalde de Barcelona Xavier Trías o el BBVA.
Permeabilidad
Change no siempre fue Change. Hasta hace unos meses era Actuable. Francisco Polo la creó en 2010. Al rebufo del 15-M, el clima social que se apoderó de gran parte de la geografía española tuvo un efecto similar al de la hormona del crecimiento para esta iniciativa. Un crecimiento que llamó la atención de Ben Rattray, co-fundador de la organización y que se alió con Polo para traerla a España, convertida ahora en una «punta de lanza» con 3.000 solicitudes mensuales.
Actuable saltó a la primera línea de la actualidad con Pablo Herreros. Este periodista y bloguero comenzó, entre otras, una exitosa peticiones para pedir a los anunciantes de 'La Noria' que retirasen la publicidad tras el pago por una entrevista a la madre de 'El Cuco', condenado por el 'caso Marta del Castillo'. «Las marcas son más permeables que los políticos porque se la juegan día a día con el consumidor», comenta Herreros, quien ahora lanza 'El poder de las personas', un libro de comunicación digital en el que recuerda esta historia. «Estas y otras herramientas han convertido las pataletas de bar en propuestas», remacha.