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El 'Teniente Espartaco' regresa a EE UU
William Potts regresa a su país «arrepentido» por secuestrar un avión hace 29 años, desviarlo a Cuba y pasar 13 años preso en la isla
LA HABANA. Actualizado: GuardarEn 1984, cuando William Potts se hacía llamar 'Teniente Espartaco' y militaba en los Panteras Negra, secuestró un vuelo comercial con destino a Miami a punta de pistola. Amenazó con hacer estallar el avión con sus 100 pasajeros y exigió desviarlo hasta La Habana, donde lejos de ser recibido como un guerrillero fue condenado por piratería aérea y pasó 13 años preso. Una vez en libertad, rehizo su vida en la isla trabajando de agricultor. Casi 30 años después y con 56 años a sus espaldas, el estadounidense decidió que necesitaba «cerrar el ciclo». La semana pasada regresó a Miami para enfrentarse a la justicia norteamericana pese al riesgo de ser condenado de 20 años a cadena perpetua. Dicho y hecho. El FBI lo custodia hasta que un juez decida su suerte.
Potts admite ahora que fue un error haber puesto en peligro la vida de tantos pasajeros y que le costó mucho estar separado 29 años de la familia. Su deseo es que le descuenten el tiempo que pasó encarcelado en la isla. «Soy un hombre libre. Pagué mi condena, pero ellos pueden tener otro concepto. Estaré bajo su autoridad», dijo antes de salir de Cuba. Pese a todo, Potts confía en poder convencer al tribunal federal de Miami, donde está acusado de piratería aérea. «Estados Unidos acusa a Cuba de albergar a terroristas y yo soy un terrorista que quiere regresar para afrontar los cargos pendientes en mi contra», admitió.
En Cuba dejó a su esposa de la que está separado pero, como tantas parejas en este país, seguían viviendo juntos en un modesto piso de dos habitaciones en una ciudad dormitorio al este de la capital. Sus dos hijas, de 12 y 9 años, llevan un año viviendo en la zona de Atlanta con la familia de Potts. La mayor se llama Assata Shakur, como la miembro del Ejército de Liberación Negro de Los Ángeles que pese a cumplir cadena perpetua en EE UU fue liberada por sus compañeros y llegó a Cuba en 1984 donde recibió asilo político.
Ella fue una de las decenas de fugitivos que en las décadas de 1960 y 1970 buscaron amparo en el Gobierno comunista. Allí les reconocieron, como a Potts, residencia permanente, vivienda, atención sanitaria, y las mismas prestaciones que tienen los nacionales. Algunos todavía están en Cuba y aparecen en las listas de fugitivos más buscados. El activismo del 'Teniente Espartaco' lo llevó a dejar la universidad, convertirse al islam e integrar el Movimiento de Liberación de Namibia. Tras regresar a EE UU, con 120 dólares que le dio su tía para pagar el recibo de la luz, se compró un billete para el vuelo de la aerolínea Piedmont que hacía la ruta desde La Guardia (Nueva York) a Miami con la idea desviarlo a La Habana.
La nota que entregó a una azafata antes de encerrarse en el baño -y que guardaron las autoridades cubanas- decía, según la declaración oficial donde se solicitaba su arresto: «Capitán, el teniente Espartaco, un soldado en el Ejército de Liberación Negra (Black Liberation Army). No quiero aterrizar en Miami. Quiero ir al aeropuerto Internacional José Martí. Hay dos artefactos explosivos dentro del avión que yo y dos camaradas hemos colocado».
Asímismo exigía «liberar a sus hermanos y hermanas en Sudáfrica, interferencia del Gobierno con los sandinistas, 5 millones y [decía] que los pasajeros serían baleados y el avión explotaría si aterrizaba en Miami». Treinta años después y perdido parte de aquel ardor guerrero, Potts quiere regularizar su situación en su país, al que no duda en acusar de «racista». Confía en que «tan pronto como resuelva este asunto en Estados Unidos, ciertamente tengo toda la intención de regresar a vivir a Cuba. He vivido ahí la mitad de mi vida y mis intereses futuros y las cosas que quiero hacer están allí».