El Atlético, sin balón y sin control
El Villarreal, muy superior, es el primero que hace sufrir esta temporada al defensivo y vulnerable equipo rojiblanco, que ofreció su peor cara en El Madrigal
Actualizado: GuardarEl Atlético no pudo sobrevivir en El Madrigal sin balón, como siempre fuera de casa, y sin control, un sorprendente retroceso en el equipo de Simeone. Los rojiblancos fueron superados totalmente por el Villarreal y al final cedieron dos puntos porque, aunque les benefició un tanto en propia puerta nada más arrancar el partido, siempre estuvieron a merced del rival, se encerraron demasiado y no tuvieron solidez ni temple. Este Atlético que no suele conceder ocasiones al enemigo ofreció su peor cara en terreno del Villarreal, donde los locales no dejaron de jugar e insistir hasta que lograron el empate, también con un autogol. El ‘Atleti’ se mostró esta vez como un equipo menor, superdefensivo, como es habitual, pero también excesivamente vulnerable.
Antes, un punto en campo de otro candidato a la ‘Champions’, hubiese supuesto un éxito para el Atlético, pero ahora supone perder comba en la lucha por el sueño del título y, lo que es peor, deja malas sensaciones en un equipo muy limitado de banquillo que en cuanto se vio mermado en defensa y se encontró con un enemigo entusiasta que juega muy rápido y muy bien al fútbol, quedó frustrado. El segundo clasificado de la Liga jugó con fuego en El Madrigal y, como no podía ser de otra manera, acabó quemándose, víctima de un Villarreal que siempre le dominó y, a base de velocidad e intensidad, hizo méritos para la igualada.
El caso es que el Atlético casi dio gracias por evitar la que hubiera sido su segunda derrota de la temporada, porque estuvo desconocido, a años luz de su nivel. Sin contundencia atrás, sin orden ni pausa en el centro, y sin posibilidad de contragolpe, el Villarreal fue el primer equipo que consiguió hacer sufrir a los rojiblancos en este curso. Ni siquiera lo consiguió el Barça en la Supercopa. Con las bajas de Godín ni Filipe Luis, un centro del campo inferior al de Villarreal y que los rojiblancos sólo lograron equilibrar algo a base de físico y brega, en cuanto el duelo pasó de la bronca al fútbol, triunfó el equipo de Marcelino.
Diego Costa jugó, a pesar de la gripe, pero al nuevo internacional español sólo le vio en los enfrentamientos con los defensores locales y, sobre todo, cuando, poco antes del 1-1, el delantero tocó con el codo a Gabriel sin el balón en juego y el central, cazado por las cámaras, fingió una agresión. Sin opciones para el máximo goleador rojiblanco y tampoco para Villa y con un Atlético siempre echado atrás, con muchas carencias, el golpe tenía que llegar, y tuvo que ser Juanfran, de quien salió el pase del gol rojiblanco, el que sepultase a los suyos en forma de empate. Pero fue un demérito colectivo.