Quique Dacosta hace magia en Murcia Gastronómica

Si la cocina se puede entender como un ejercicio de magia, el David Copperfield de los fogones estuvo ayer en la primera jornada de Murcia Gastronómica, organizado por La Verdad. Un Quique Dacosta genial, divertido, un 'showman' dominador de las técnicas del espectáculo se metió en el bolsillo a las cerca de 300 de personas que abarrotaron la sala de ponencias de esta segunda edición.

Quique Dacosta, afincado en Denia desde hace tres décadas, está ahora mismo en la cumbre de la cocina mundial. Con tres estrellas Michelín, su restaurante recibe cada año a comensales de todas las partes del globo, que acuden a una llamada que no es sino la del territorio que hay en un diámetro de 80 kilómetros alrededor de su establecimiento. Al final, uno de los epicentros gastronómicos de vanguardia del mundo se basa en el entorno inmediato, en este caso, el Mediterráneo y en las tierras que conforman sus riberas. «Se puede hacer vanguardia radical siendo local», aseguró.

A partir de esta declaración de intenciones, Dacosta desplegó todo un abanico de trucos de magia, de ilusionismo, de ejercicios miméticos donde nada es lo que parece. Una provocación constante a los sentidos del comensal que fue desde un bodegón de hojas secas y raíces que no eran ni una cosa ni la otra, hasta una ventresca de chipirón, en la que el chipirón brillaba por su ausencia. Un juego de espejos, una sucesión de trampantojos que un auténtico maestro de la ilusión fue sacando de su chistera.