Bachelet 'piensa en grande' para Chile
Clara favorita en las elecciones presidenciales, podría ganar en primera vuelta
MADRIDActualizado:Las elecciones presidenciales del 17 de noviembre van a tener muy poco suspense. Todas las encuestas coinciden en dar una amplia victoria a la socialista y expresidenta Michelle Bachelet, que ya gobernó el país entre 2006 y 2010. En realidad, las únicas incógnitas se centran en si conseguirá vencer en la primera vuelta y quién será el segundo. El Centro de Estudios Públicos (CEP), ligado a la derecha, dio a Bachelet un 47% (a tres puntos del 50% más uno necesarios para imponerse de forma definitiva) y un vergonzante 14% para la candidata de la alianza gobernante, Evelyn Matthei.
La exmandataria ha sido muy clara a la hora de exponer sus planes. “Es el momento de pensar en grande”, declaró en la presentación de su programa 21 días antes de las elecciones. El objetivo de la líder de Nueva Mayoría es impulsar un nuevo ciclo político y social para el país a través de tres ejes fundamentales: una nueva Constitución que borre las trazas pinochetistas, una reforma educativa para impulsar la gratuidad de la enseñanza y una revisión impositiva que instaure un sistema más equitativo a través de una subida de impuestos a los que más tienen. La Nueva Mayoría está integrada por los cuatro partidos de la llamada Concertación de Partidos por la Democracia —el Partido Socialista de Chile (PS), el Partido Demócrata Cristiano de Chile (PDC), el Partido por la Democracia (PPD) y el Partido Radical Socialdemócrata (PRSD)—, además del Partido Comunista de Chile (PCCh), la Izquierda Ciudadana (IC), el Movimiento Amplio Social (MAS) e independientes de centroizquierda.
Bachelet, una médico pediatra que al término de su anterior mandato contó con un 80% de popularidad, trata de dar un nuevo rumbo al país tras 25 años de crecimiento y una vez superada la transición pacífica de la dictadura pinochetista. Los buenos datos macroeconómicos han tenido su reverso en una de las cotas de desigualdad más altas del mundo, 50 puntos, según refleja el índice Gini, que mide la disparidad de ingresos basándose en estadísticas del Banco Mundial y la OCDE, con números similares a los de Zimbabue y Ruanda. La sociedad chilena ha dado claras muestras de sus deseos de cambio no solo a través de los estudiantes que han protagonizado fuertes y repetidas protestas sino también otros sectores que han impulsado marchas y manifestaciones.
Las coincidencias biográficas de las dos mujeres rivales de estas elecciones son casi novelescos. Ambas, hijas de generales de la fuerza aérea destinados en la misma base, fueron amigas de la infancia hasta que las separó el golpe militar de Pinochet de 1973. El padre de Matthei acabó formando parte de la Junta militar y dirigió el acuartelamiento en el que el de Bachelet fue torturado hasta la muerte por su oposición a los sediciosos. Con posterioridad la madre de la expresidenta exculpó a Fernando Matthei del asesinato de su esposo.
Preguntada por estas circunstancias, Evelyn Matthei declaró que “no significa nada” y que “la gente vota por el futuro, no por el pasado”. Sin embargo, la sombra de la dictadura se ha proyectado sobre su candidatura, sobre todo a raíz de unas declaraciones en la que consideró que los militares “no buscaban llegar el Gobierno”, sino mejorar la situación del país. Para añadir que junto a “cosas horrorosas” como la violación de los derechos humanos, también hicieron “cosas buenas”, como evitar la guerra con Argentina.
Matthei cuenta también en su contra el ser la tercera opción de la derecha, después de que Laurence Golborne fuera desautorizado por su partido -entre otras cuestiones, por tener inversiones en paraísos fiscales-, Pablo Longueira desistió por sufrir una fuerte depresión y Andrés Allamand decidió retirarse ante el riesgo de enfrentamiento por no presentar una candidatura común. De confirmarse la barrida electoral de Bachelet que pronostican las encuestas y si la oposición de la derecha no logra reunir suficientes escaños para vetar las reformas de la nueva mayoría, Chile entrará en una nuera era de profundos cambios. El gran reto que afrontaría esta transformación, necesaria para la mayoría de los chilenos según coinciden todas las encuestas, sería no poner en peligro la estabilidad y el crecimiento económico.