Pedaladas con insulina
David Lozano y Javier Megías son los dos corredores españoles de un equipo estadounidense formado por diabéticos
MADRIDActualizado:El ciclismo es una profesión arriesgada y dura. Exige mucho sacrificio y mucho aguante, tanto físico como moral -sobre todo por las continuas acusaciones de dopaje que se vierte sobre él-. Comidas estrictas, entrenamientos exigentes y carreras a merced de un tiempo caprichoso y a veces extremo son el día a día para los profesionales y los amateurs que sueñan algún día con correr por el pavé del noroeste francés, los Alpes italianos o las atestadas carretas belgas y neerlandesas. Pero si además del sacrificio propio que la alta competición exige, se le suma una complicación más como la diabetes, el sueño se puede torcer más aún. Javier Megías y David Lozano son dos currantes de los pedales. El primero está empezando en el ámbito profesional de este deporte; el segundo está curtido después de siete temporada repartidas entre el Saunier Duval y el Novo Nordisk, un equipo al que da nombre una farmacéutica danesa y que tiene como seña de identidad que sus 16 corredores son diabéticos de tipo 1.
La escuadra es llamativa. Tiene corredores de todo el globo, su patrocinador se dedica a esta enfermedad y su sede social está en Atlanta. Forman parte de la segunda división del ciclismo -Continental Profesional-, han corrido sobre todo en Estados Unidos, Canadá, México, Asia y quieren tener más presencia en Europa, corazón de este deporte, para el próximo curso. Ambos corredores encontraron el mismo problema en sus anteriores equipos: la falta de comprensión. «Es difícil porque no sabes con quién hablar sobre la enfermedad», explica Javier, al que detectaron la diabetes hace nueve años.
Este madrileño de 31 años es el veterano del equipo y quien llamó a David para que se uniera a este particular equipo «donde todo el mundo sabe de lo que hablas». Lozano, de 24 años, comenzó con el 'mountain bike' hasta que se pasó a la carretera. Es diabético desde hace dos años, pero conoce a la perfección la enfermedad. «Fue un duro golpe porque la he visto en mi padre. No quería llevarla como él porque no tenía ningún control», asevera David, que ganó una carrera de ciclocross diez días después de conocer su enfermedad. «Hacemos cosas más grandes que otros con más presupuestos», indica David, que no esconde su orgullo por pertenecer a un equipo de diabéticos, que no difiere mucho de uno 'normal'.
Ambos aseguran que deben ser su propio médico en carrera y conocerse a la perfección para rendir. «No es lo mismo una etapa larga que una 'crono'. Tenemos más en cuenta los datos que nos ofrece el pulsómetro y llevamos un medidor de glucosa», explica David. «Vigilamos más lo que comemos», apunta Javier. Y siempre con la insulina a cuestas.