Messi regresa con un doblete para meter al Barça en octavos
Los azulgrana derrotan al Milan pero no cierran el debate sobre su juego
BARCELONA Actualizado:Gerardo Martino dejó bien claro en la previa que está harto de tanta polémica en torno al estilo de su equipo. No entiende esa tendencia del barcelonismo a autoflagelarse y a cuestionarlo todo. Sin embargo, muy a su pesar, el debate continuará unas cuantas fechas más.
Porque el Barça venció al Milan, selló el pase a octavos (la primera plaza aún deberá ganársela) y prolongó su racha triunfal en los números del inicio de temporada. Es más, el Barça venció con mucha suficiencia a la escuadra lombarda, que fue una sombra de lo que fue no hace mucho. Pero el equipo catalán no acaba de convencer a los suyos y aunque sólo ha cedido dos empates en Liga y ‘Champions’ (en El Sadar y en San Siro), le va a costar cerrar la controversia que se ha abierto sobre su juego. El equipo genera peligro, busca la portería, pero tiene fases en las que se repliega, se echa atrás, resulta monótono, plano, le falta velocidad y juega con fuego porque no controla el partido. Tiene dudas y las transmite. Y el rival, con muy poco, llega al arco de Valdés. Martino además se ha quitado la máscara: «Cuando se ha de llegar con 18 pases, damos 18. Si podemos llegar con dos, mejor. La belleza del juego no se justifica en los toques», dijo el martes. Su discurso choca con la filosofía culé. De momento, los resultados le avalan, pero puede quedarse solo cuando no lo gane todo.
El Barça, por ello, arrancó muy fuerte. Después de días cargados de estériles debates sobre lo divino y lo humano, los de Martino, con el equipo de gala, tenían ganas de agradar en el campo. Messi y Neymar encadenaron un par de paredes que anunciaban algo importante. El cuadro catalán dominaba y el Milan se defendía muy junto, pero sufría. Con Neymar y Alexis muy abiertos, el Barça encontraba huecos para las entradas de Messi, Iniesta, y Alves y Adriano desde atrás. Esta vez sí, al equipo azulgrana se le veía capaz de convencer al exigente entorno blaugrana. Llegaba mucho, aunque también es cierto que le faltaba la quinta marcha, esa chispa que le sacara de la monotonía de la que hablaba Alves en la previa. Messi no daba la impresión de tenerla. Iniesta y Xavi juegan al ralentí (la temporada es larga y un Mundial en el horizonte invita a pisar el freno) y los dos que intentan cosas distintas son Neymar y Alexis. El primero hizo un gran desmarque, Abate cayó en la trampa y le hizo penalti. Media hora de juego, gol de Messi y el Barça obtenía el resultado merecido.
Poco después, en el 39, Xavi botó un golpe franco, el Milan falló tirando el fuera de juego y Busquets, solo, hizo el segundo. El juego y sobre todo el resultado acompañaban al Barça, que había completado una bastante buena primera parte, pero un accidente a última hora empañó todo el trabajo realizado. Kaká buscó la línea de fondo, cedió atrás y Piqué puso la pierna donde no debía. Gol del Milan y vuelta a empezar.
Tras el descanso, salto Balotelli por Robinho. El Milan ganó en presencia atacante, buscó más la meta de Valdés y al Barça le entró algo de miedo. Reculó unos metros, jugó con fuego, dio vida al cuadro lombardo, que con Balotelli cayendo a la banda generaba algo más de peligro. El partido iba de área a área con transiciones muy rápidas, lo cual perjudicaba a los azulgrana. El peligro de los ‘rossoneri’ no era agobiante aunque sí insistente. El partido estaba para 3-1, pero el equipo culé no sabía si cerrarse y salir a la contra o si dormir la pelota para no perder la posesión. Hasta que apareció Messi. Dijo su entrenador que no está en forma. Pero en el 83 firmó una gran pared con Cesc, que culminó el de Rosario con maestría. Ese es el otro gran debate inexplicable que hay en can Barça. Messi podrá no estar en forma, de hecho intervino muy poco, pero al Milan le hizo dos goles y su presencia siempre inquieta. Mientras a él le hablan de crisis, Messi los mete a pares.