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Nadal celebra su victoria frente a Wawrinka. / Ben Stansall (AFP)
Tenis

Rafa Nadal, el mejor tenista del año

El balear se aseguró el número uno del mundo esta temporada y selló su pase a las semifinales de la Copa Masters gracias a su triunfo por 7-6 y 7-6 ante Wawrinka en un partido gris

VICTORIO CALERO
LONDRES Actualizado:

El 5 de febrero de este año, Nadal volvía a la competición en Viña del Mar. Este miércoles 6 de noviembre, nueve meses más tarde, el español se ha asegurado terminar la temporada como número uno del mundo gracias a su triunfo ante Wawrinka (7-6 y 7-6). Las dudas han dado paso a la certidumbre. Hace un año había numerosos interrogantes sobre su futuro. Y del retorno ha pasado al reinado. Poco a poco ha ido escalando hasta situarse en el ático de la ATP. Entre medias, ha tenido tiempo para ganar diez títulos y también para llegar a este final de temporada aspirando al único gran título que falta en su palmarés. De momento es el primer tenista que ha confirmado su pase a semifinales de la Copa Masters.

Un duelo extraño para Nadal. No fue un buen partido para él. «El hecho de jugarme el numero uno me crea un extra de motivación y de tensión», explicó en TVE. Dudó en varios tramos del duelo, sin mucha continuidad. De nuevo echó en falta su servicio –apenas metió el 58% de primeros saques-. Pero era un choque marcado por el miedo escénico que le provoca a Wawrinka. Hablamos de un tenista al que su pasado ante el número uno le pesa demasiado. Además de no haberle ganado nunca, tampoco le ha hecho en su carrera un solo set (26-0). De ahí errores como la doble falta que le dio el primer ‘break’ a Nadal. Y sobre todo, del final del primer parcial.

Un Wawrinka a ratos agresivo y a ratos timorato fue suficiente para crear problemas a Nadal y de llegar a la muerte súbita, pero insuficiente para dar el siguiente paso. Cosas de la mente. Con 5-5 en ese ‘tie-break’, Nadal levantó un globo imposible. Y acabó ganando el punto. Con 6-5 puso dentro un ‘passing-shot’ que impidió al suizo cerrar el punto con una volea fácil. Y acabó haciéndose con el set. Cosas de la mente.

El español le había dado la oportunidad a Wawrinka de hacerle su primer set, pero ya se sabe que Nadal en cuanto puede te mata. Y más si es ante el helvético. Y eso que no estaba cómodo. Restaba corto y no encontraba su derecha paralela ganadora, el golpe que mide su nivel de confianza. «He ido mezclando momentos buenos con momentos menos buenos. He estado demasiado a la defensiva», resumió el manacorense. Eso sí, lo que seguía a pleno rendimiento era su mente y la debilidad del suizo cuando tenía que dar un paso adelante.

Si había perdonado en el primer set, en el segundo, con 1-1, tuvo un 15-40 a su favor. Y Wawrinka volvió a colaborar con la causa. Cuatro puntos seguidos de Rafa e inmediatamente después un ‘break’ a su favor destrozaron al número ocho del mundo, que, por si había dudas, volvió a desaprovechar la enésima oportunidad al resto con 3-1. También es cierto que no lo hizo todo mal. Puso en apuros al balear gracias a una nueva rotura y demostró su valía para llevar de nuevo el partido a la muerte súbita, momento en el que Nadal cambió su juego. «Él me estaba comiendo. O hacía algo más o no se podía seguir así. He empezado a golpear más con mi ‘drive’. Era el camino para la victoria», subrayó el de Manacor.

Otro ‘tie-break’ en el que el suizo volvió a hacer lo mejor y lo peor. Dos derechas fáciles unidas a una mayor agresividad del balear le dieron oxígeno al número uno. Pero cuatro tiros imperiales recuperaron para la causa a Wawrinka. Del 4-1 de Nadal a la bola de set del número ocho. Y el suizo tuvo su enésima oportunidad. Restó para llevar al partido al tercero. Pero no hay manera. No volvió a hacer un punto. La gloria era de Rafa Nadal, el mejor tenista de este año. El número uno del mundo.