Lapuerta se desmarca de Bárcenas y ratifica que la contabilidad B es falsa
El extesorero se niega a declarar ante Ruz, pero lee un escrito en el que asegura que «nunca» ha mentido en sede judicial
MADRID. Actualizado: Guardar«Nunca he faltado a la verdad, tampoco cuando ya declaré por estos hechos». Así se desmarcó Álvaro Lapuerta de su sucesor al frente de las finanzas del PP, Luis Bárcenas. El que fuera tesorero del partido entre 1993 y 2008 declaró el 7 de febrero ante la Fiscalía Anticorrupción y semanas después en la Audiencia Nacional y en ambos testimonios negó la existencia de una contabilidad B en el partido y desmintió que se pagaran sobresueldos a los altos cargos y que se ingresaran comisiones ilegales de constructores. Ayer se ratificó.
El PP aguadaba con la respiración contenida la declaración de Lapuerta, imputado en la causa de los papeles de Bárcenas, y resopló con alivio. Si confirmaba la versión de que la contabilidad en negro, los sobresueldos y las comisiones era cierta, reforzaría el testimonio de su sucesor y dejaría maltrecha la defensa del PP. El veterano extesorero, 86 años, se negó a declarar ayer ante el juez Pablo Ruz y adujo razones médicas para ello, pero leyó un escrito de un folio en el que aseguró que no mintió cuando declaró en febrero y marzo ante el fiscal y el instructor.
Bárcenas aseguró el 15 de julio ante Ruz que Lapuerta conocía al dedillo el sistema de los sobresueldos y las comisiones irregulares, así como la existencia de la contabilidad B; de hecho, dijo, estaba visada con su firma. Su testimonio, sin embargo, se desmoronó; primero, con un informe de la Policía Científica del 29 de octubre que concluyó que no era posible confirmar que las firmas de los papeles de Bárcenas correspondieran a Lapuerta, y después con la ratificación de su antecesor en sus primeras declaraciones.
Ambos tesoreros compartieron en un primer momento la estrategia de negarlo todo y defender la legalidad de las finanzas del PP. Pero el juez encarceló a Bárcenas el 27 de junio y este decidió tirar de la manta el 15 de julio, un tirón en el que Lapuerta le ha dejado solo.
El jefe de las finanzas populares entre 1993 y 2008, no obstante, leyó ante el juez que «en cuanto esté algo restablecido, pueda y no haya riesgos impulsaré mi declaración» con «datos». Un comentario que dio pie a interpretaciones, unos abogados entendieron que Lapuerta aportaría informaciones para la investigación, otros concluyeron que se refería a su patrimonio personal. Ruz no interpretó lo uno ni lo otro y comunicó al imputado que es difícil que vaya a comparecer ante él y que si es citado lo será en el juicio siempre que la causa llegue a esa etapa.
Caídas «extrañas»
Lapuerta llegó a la Audiencia Nacional apoyado en un bastón y acompañado de su hijo Álvaro. Estuvo con el instructor el tiempo que empleó en leer su escrito para justificar su negativa a declarar y salió sin hacer comentarios. Ruz se empeñó en citarle a pesar del informe de los forenses que en dos ocasiones desaconsejaron su llamamiento por su precario estado de salud. Lapuerta sufrió dos caídas, «extrañas» según dijo su familia en un comunicado, en las cercanías de su domicilio. La última de ellas, a finales de abril, obligó a su ingreso en un hospital porque tenía hemorragias internas en la cabeza y una elevada presión intracraneal que obligó a los médicos a dejarle en coma inducido.
El extesorero señaló ayer que las «secuelas vasculares» que sufre por las caídas «constituyen un serio riesgo» si se somete a «situación de tensión o fatiga mental». Indicó asimismo que su abogado le ha dicho que no está «en condiciones de entender el alcance del proceso ni perfilar sus hechos» y, por tanto, desaconseja su declaración. También aseguró que su fortuna, que viene de antaño, no tiene origen «ilícito» y su patrimonio es «visible».
El PP ha tratado con especial atención a Lapuerta y ha defendido su trayectoria intachable tras las declaración acusatoria de Bárcenas. El diputado Vicente Martínez Pujalte, que equiparó la conducta de ambos extesoreros, fue amonestado por la dirección del partido.