«El español nos ha unido en la literatura, pero también brinda oportunidades de negocio»
Fernández de Soto asegura que las pymes españolas pueden apoyarse «en un idioma y unos valores comunes» para invertir en América Latina Guillermo Fernández de Soto Director de CAF Europa
LOGROÑOActualizado:La biografía de Guillermo Fernández de Soto ha conocido muchos meandros: abogado experto en resolución de conflictos, ha sido político, embajador, ministro de Asuntos Exteriores... Ahora reside en Madrid, donde dirige la división europea del CAF, banco de desarrollo de América Latina. Con su español de Colombia, pausado y cálido como una brisa tropical, habla de la importancia del idioma común para estrechar los lazos empresariales entre las dos orillas del Atlántico.
- Usted pide hacer del español un idioma «más práctico, terrenal y transitable». ¿Cómo deberíamos conseguirlo?
- El español nos ha unido e identificado desde hace mucho tiempo. Pero esa unión no puede ser solamente en su concepto académico o en su literatura. El español tiene unas inmensas posibilidades en temas de innovación tecnológica y brinda grandes oportunidades de trabajo conjunto para empresas españolas e iberoamericanas.
- Las grandes empresas españolas están ya muy presentes en Iberoamérica, pero a las pymes el océano se les hace aún demasiado grande. ¿Deberían perder el miedo?
- En España, se ha acumulado un gran conocimiento en materia de innovación, de infraestructuras, de agua, de energías renovables. Hay ahora una gran oportunidad de inversión para pymes en América Latina. Nuestra región tiene ante sí unos retos muy grandes en estos sectores y necesita desarrollarlos. Hay ahora una coincidencia entre las oportunidades que se abren para las pymes españolas y las necesidades de América Latina. Nosotros hemos querido contribuir estableciendo una línea de crédito con el ICO especialmente dedicada a atender pymes que quieran trabajar en América Latina y una línea de crédito también para otorgar avales que permitan que estas pymes puedan participar en concursos en la región; de manera que la oportunidad está ahí y nosotros queremos ser útiles a este sector.
- Algunas empresas españolas, al invertir en América Latina, temen por la seguridad, tanto jurídica como personal. ¿Tenemos una imagen distorsionada de la región?
- Normalmente, las noticias que salen son los casos excepcionales o extraordinarios. Lo cierto es que América Latina en los últimos 20 años ha hecho la tarea, tanto en el campo económico como en el de la seguridad. Cada día vamos avanzando más. Las empresas españolas que ya están en la región son testigos de esta realidad. Siempre hay dificultades, pero son excepcionales. Hay países con más problemas que otros, pero creo que hemos avanzado tanto en la seguridad jurídica como en la seguridad personal.
-¿Y al contrario? ¿Sigue vigente la imagen 'imperialista' de España?¿Puede eso ser un obstáculo para las inversiones españolas?
- Personalmente no creo que eso se ajuste a la realidad. Puede haber situaciones ocasionales, pero en términos generales Iberoamérica está agradecida por la presencia de España en varios sectores (bancario, construcción, eléctrico) durante muchos años y en momentos muy difíciles; una presencia que ha ayudado mucho al desarrollo de nuestra región. De manera que, si hay poses aisladas que expresen ese sentimiento, no es desde luego el sentimiento mayoritario de los americanos.
- En cualquier caso, parece evidente que los hablantes americanos sienten el español como lengua propia y no impuesta.
- ¡Sin duda! Cuando se dice por ejemplo que en Colombia se habla el mejor español del planeta, uno se siente orgulloso. El español sí es un punto de encuentro. Es además el futuro y también el futuro empresarial.
-¿China es ya nuestro gran rival en América? ¿Puede el idioma ser nuestra gran baza frente al empuje económico asiático?
- China está adquiriendo una enorme presencia en América Latina, pero no debemos verlo como un rival excluyente en la escena global, sino como un socio estratégico para nuestro desarrollo. China juega un papel y Europa debe jugar el suyo. Hay además una red de valores, de tradiciones, de lengua común, que tiene un peso y que hace que las posibilidades de inversión de las empresas españolas sean muy bienvenidas en la región. Pero reitero: debemos mirar a China como a un socio, no como a un rival.
-En esta situación de crisis, ¿en qué puede ayudar América a España y viceversa?
- América Latina hizo la tarea. Eso no quiere decir que no tenga ante sí unos inmensos retos, sobre todo de transformación productiva, de mejora de la competitividad, de consecución de empleo de calidad que pueda incrementar una clase media. España, por su parte, está pasando por un momento de crisis, pero tengo la certeza de que una vez que supere sus dificultades estará muchísimo mejor preparada. Aún así, en estos mismos instantes hay unas sinergias extraordinarias que se pueden aprovechar. Las nuevas clases medias americanas demandan productos de mayor calidad e innovación y se están constituyendo en un mercado muy atractivo para las empresas españolas, de manera que desde el banco queremos promover su presencia.