EE UU respalda al régimen militar egipcio el día antes del juicio a Mursi
El secretario de Estado, John Kerry, visita El Cairo y ofrece «apoyo» al pueblo y «ayuda» a las autoridades interinas
EL CAIRO.Actualizado:Cuatro meses después de su última aparición en público, Mohamed Mursi comparecerá ante la justicia en la misma sala donde se juzga a Hosni Mubarak, en la Academia de Policía, a las afueras de El Cairo. Las autoridades interinas decidieron a última hora cambiar el lugar previsto para el juicio contra el líder islamista -en paradero desconocido desde el golpe militar del 3 de julio- y catorce de sus más cercanos colaboradores, a quienes les acusan de estar implicados en la muerte de diez manifestantes durante los incidentes desatados en los alrededores del palacio presidencial de Itihadiya el 5 de diciembre, lo que podría acarrearles la pena capital.
Un cambio motivado por cuestiones de seguridad que no altera la llamada a la «protesta multitudinaria» convocada por la Alianza Nacional por la Legitimidad, encabezada por los Hermanos Musulmanes, una movilización «pacífica» y «más fuerte que las balas de la Policía», según el comunicado difundido por los partidarios del exmandatario que desde el golpe militar no han abandonado las calles, aunque la represión les haya hecho perder fuerza. Frente a ellos se encontrarán un cinturón de seguridad de más de 20.000 hombres y la luz verde del ministro de Interior, Mohamed Ibrahim, para «hacer frente con firmeza y severidad a cualquier intento de dañar las instituciones importantes, de atacar a las fuerzas de seguridad o incumplir la ley».
La lucha interna entre partidarios del Ejército y de los Hermanos Musulmanes sigue abierta en las calles y las autoridades interinas elegidas por los militares se aseguraron un apoyo fundamental tras la visita del secretario de Estado estadounidense, John Kerry, que eligió la víspera de esta jornada para mostrar su «apoyo al pueblo egipcio» y la disposición de Estados Unidos a «ayudar en esta tremenda transformación que está experimentando Egipto».
Tras la reciente decisión de Estados Unidos de suspender la ayuda financiera al Ejército egipcio, la presencia de Kerry simbolizó el intento de Washington de retomar las relaciones con uno de sus grandes aliados en la región, a cuyos nuevos dirigentes pidió la formación de un Gobierno «civil, incluyente y elegido democráticamente» y la elaboración de una Constitución «que proteja los derechos de todos los egipcios».
No habrá cámaras de televisión para ofrecer las esperadas imágenes del primer presidente del país elegido de forma democrática declarando ante el Tribunal Penal de El Cairo, presidido por el juez Ahmed Sabri, y «puede que tampoco abogados defensores», reflexionaban a media tarde los miembros del equipo de la defensa, que se enteró del cambio de escenario a través de los medios de información y que hasta unas horas antes no sabrá si alguno de ellos tendrá acceso o no a la sala. Los letrados, integrantes del Frente de Defensa de los Detenidos surgido tras el desalojo de las acampadas de apoyo a Mursi en agosto que se saldó con más de mil muertos, se reunieron de urgencia en las oficinas del Club de Abogados de Maadi para analizar los seis mil folios del caso a los que han tenido acceso esta misma semana.
Mursi, de 62 años, acudirá sin abogado porque «no reconoce este proceso. Se considera el presidente legítimo del país y, según la Constitución aprobada el año pasado, la única forma de llevar a un presidente ante el juez es con la aprobación de los dos tercios del parlamento, no a través de un golpe militar», destaca Hasan Saleh, letrado de 44 años que se presentará en la sala a primera hora con la esperanza de que le permitan asistir a alguno de los otros catorce acusados. «No hay leyes, todo es un teatro», denuncia Saleh para quien lo más grave son las complicaciones a la hora del acceso a los acusados y la cantidad de juicios que se celebran directamente en las prisiones.
Proceso «ilógico»
El Frente de Defensa de los Detenidos tiene registradas más de diez mil detenciones en los últimos tres meses, entre ellos se encuentran los dirigentes más importantes de los Hermanos Musulmanes como su guía espiritual, Mohamed Badie. El malestar entre los abogados por el funcionamiento de la Justicia en el Egipto actual también llegó la semana pasada a los jueces y Mohamed Amin Fahmi al-Qarmuti, que iba a juzgar a Badie, renunció públicamente al caso debido a la «sensación de malestar».
Mohamed Mursi ocupa el duodécimo lugar en la lista de quince nombres a la que ha tenido acceso la defensa. Junto al expresidente figuran Mohamed el-Beltagi, secretario general del Partido Libertad y Justicia (PLJ), o Essam el-Erian, número dos del PLJ, brazo político de la Cofradía, detenido la semana pasada. El «malestar de algunos jueces es similar al nuestro porque estos casos son ilógicos. A Mursi y a los otros catorce les juzgan por la muerte de diez personas, nueve de ellas miembros de la Hermandad. ¿cómo iban a matar a su propia gente?», se pregunta Saleh mientras repasa la lista de acusados en la que se encuentra también Abdurrahman Ezz, líder del Movimiento 6 de Abril, desaparecido desde el desalojo de Rabaa Al Adawiya y al que se juzgará en ausencia.