El asesino de Los Ángeles se enfrentará a la pena de muerte

El hombre que el viernes sembró el terror entre cientos de pasajeros del aeropuerto de Los Ángeles al matar a tiros a un agente de seguridad y dejar seis heridos fue acusado ayer de asesinato. Paul Anthony Ciancia, de 23 años y en estado muy grave tras recibir varios disparos al ser reducido por los agentes, se enfrenta a la posibilidad de la pena capital, según señaló un funcionario de la Fiscalía estadounidense.

El fiscal del caso, Andre Birotte, aseguró que el tirador «disparó a quemarropa» contra Gerardo Hernández, de 39 años, agente de la Agencia de Seguridad en el Transporte y el primer funcionario fallecido de esa dependencia desde que la misma fue creada tras los atentados del 11-S. La TSA se encarga del control de los equipajes y de verificar la identidad de los pasajeros antes de entrar a las terminales.

Con base en los cargos que afronta, el detenido también podría ser condenado a cadena perpetua, sin opción de que se le concediera en un futuro la libertad condicional, según las autoridades. De acuerdo con el agente especial del FBI a cargo del caso, David Bowdich, Ciancia constató de forma «muy, muy clara» en una nota hallada por la Policía su «ira y malicia hacia los agentes de la TSA», un cuerpo al que pertenecía el único fallecido en el ataque. El texto, manuscrito, demuestra que «tomó una decisión consciente de matar a varios empleados» de ese organismo.