Economia

Fomento apremia al gestor de la red ferroviaria a hacer caja

ADIF esperaba obtener más de 800 millones al externalizar la fibra óptica y sus 72 aparcamientos, además de vender 2.300 inmuebles y estaciones

MADRID. Actualizado: Guardar
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Se acerca el final del ejercicio y con él, las prisas para cuadrar cuentas. El Ministerio de Fomento es uno de los más acuciados en la administración por el gran número de empresas públicas que controla y, sobre todo, su elevado presupuesto. Por ello, ha apremiado a una de las principales, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), a agilizar los procesos de enajenación que tiene en marcha.

El ente público que preside Gonzalo Ferre puso en marcha hace un año un plan de racionalización de activos (hasta 2016) con vistas, de un lado, a reducir sus costes de mantenimiento y, de otro, a obtener nuevos ingresos. La idea era lograr más de 800 millones de euros, la mayor parte este mismo año, con los que sufragar sus cuantiosas inversiones.

Sin embargo, las dificultades para colocar en el mercado activos tan ofertados como viviendas y locales comerciales, y otros totalmente atípicos como estaciones de tren en desuso, quebró los plazos previstos. Tampoco ayudó la coyuntura económica a agilizar los concursos para externalizar la explotación de sus aparcamientos y su red de fibra óptica.

El objetivo de vender más de 1.500 inmuebles (incluidas plazas de garaje y trasteros) repartidos por todo el país no ha ido como se esperaba por la crisis inmobiliaria. En bastantes casos han hecho falta varias subastas (tras quedar desiertas las primeras) y rebajar los precios (oscilan entre los 20.000 y los 140.000 euros), todo para un saldo bastante modesto: 25 millones previstos en el año, aunque apenas se han recaudado cinco hasta ahora. Mejor le irá con los solares que mantiene en el centro de las grandes capitales, como el de Nuevos Ministerios en Madrid, por el que podría ingresar más de 70 millones.

Tampoco la enajenación prevista de 800 viejas estaciones de tren, muchas en estado ruinoso, marcha bien. Por contra, hay fundadas esperanzas en la externalización del negocio de sus 72 aparcamientos (más de 22.000 plazas), por el que prevé ingresar hasta 130 millones en 10 años -el mínimo serían 66 millones por cuatro años-, y también de la explotación de su red de fibra óptica, que puede proporcionarle hasta 450 millones. El hándicap son los plazos: en el primer caso, el concurso se ha prolongado hasta finales de noviembre; en el segundo, no habrá ofertas definitivas hasta finales de enero.

En esta tesitura, ADIF decidió acudir al mercado. Ultimó con media docena de grandes bancos europeos (encabezados por Santander y BNP) un crédito de 900 millones de euros con vencimiento a 13 meses y la garantía del Estado. No obstante, para refinanciarlo tendrá que emitir bonos por vez primera.

Segregación 'obligada'

Las exigencias del nuevo Sistema Europeo de Cuentas, que obligan a que al menos el 50% de los gastos operativos de las empresas públicas sean cubiertos con fondos procedentes del mercado (es decir, su actividad comercial), parecen abocar a su controvertida segregación en dos sociedades mercantiles, una para la red de alta velocidad (la segunda más extensa del mundo) y otra para la convencional. La primera es rentable en ingresos, pero arrastraría la mayor parte de los 13.776 millones de euros que adeuda el ente -hasta finales de 2012 el saldo de inversiones en el AVE superaba los 47.000 millones-. ADIF prevé cerrar 2013 con pérdidas de 306 millones.

Los problemas financieros del ente, que a principios de año sumaba 800 millones en impagos a las constructoras -al cierre de 2012 tenía deudas pendientes de cobro por 267 millones, además de otros 348 millones pendientes en subvenciones-, han hecho que pretenda subir los cánones por el uso de las vías y las estaciones -casi sus únicos ingresos ordinarios-, con lo que espera obtener un aporte extra de 50 millones anuales. Desde ADIF aducen que con las tarifas actuales sólo se recupera el 62% de los costes de la red de AVE, «asumiendo (la empresa) los déficit asociados», mientras que en las vías convencionales la cobertura de gastos apenas llega al 10%.

De los más de 360 millones que obtiene cada año por su concepto, la gran mayoría los abona Renfe Operadora, aunque con la liberalización del sector es previsible la entrada de nuevos operadores privados. Y estos calculan que esos cánones supondrían casi el 40% de sus costes.

millones de euros podría llegar a ingresar ADIF si algunas de las firmas interesadas en el concurso para explotar su red de fibra óptica -la principal es Abertis Telecom, el mayor gestor de infraestructuras de telecomunicaciones en España- opta a quedarse con la misma durante 20 años. Si sólo quisiera hacerlo 10 -el mínimo-, el precio sería de 343 millones. En ambos casos, se haría un solo pago antes de dar la licencia.