Cómo recurrir una multa, paso a paso

El 52% de los conductores que recibió una multa en 2012 optó por abonarla antes de los 20 días que marca la norma para beneficiarse del descuento por pronto pago, según un estudio de Mapfre. Pero, con un poco de paciencia y sabiendo dar los pasos adecuados, podrían haber presentado un recurso que quizá habría evitado cualquier desembolso.

Según recoge la web autocasion.com, los milagros no existen: si se ha cometido una infracción y llega la multa correspondiente, lo más probable es que se acabe abonándola. Sólo se ‘salvará’ si hay un error de forma en la notificación, por lo que hay que revisar que la matrícula, marca, modelo y color del coche sean los correctos, así como la fecha y la hora de la sanción.

Solicitar un informe que acredite el buen funcionamiento de la cámara -en el caso de saltarse un semáforo, por ejemplo-, del radar o del alcoholímetro.

Si la multa llega a casa o un agente la entrega en mano, pedir pruebas sobre la sanción. El agente elaborará otro informe y lo más probable es que ratifique la multa (los cuerpos de seguridad tienen presunción de veracidad), pero puede cometer un error al redactar el documento.

Si se elige realizar el pago con rapidez para beneficiarte del descuento del 50%, ya no se podrá presentar ninguna reclamación. Pero, si quiere recurrir, tiene un plazo de 20 días desde la notificación de la multa.

Rechazar una sanción o no abrir al cartero no sirve de nada: al segundo intento de notificación, la multa aparecerá publicada en el Tablón Edictal de Sanciones de Tráfico (Testra), que se puede consultar en internet, y la DGT considerará cumplido el trámite. Si no recurre, pero tampoco paga en el plazo correspondiente, se impondrá un recargo.

Para recurrir la multa hay que conseguir el pliego de descargo (en Internet hay varias opciones) y completarlo con las alegaciones. La multa podría anularse ya en esta fase; si eso no ocurre, se recibirá las pruebas que se hayan solicitado y se dispondrá de un nuevo mes para exponer un recurso de reposición.

Si tras este paso las protestas vuelven a desestimarse, habrá que acudir a los tribunales. Esta decisión conlleva el pago de tasas judiciales, que nunca superarán el 50% (más el 0,1%) del importe de la multa. Si la sentencia te es favorable, devolverán el 60% de las tasas… y la sanción se anulará.