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Un oficial de la Policía del aeropuerto de Los Ángeles acordona los accesos a las terminales 2 y 3. :: LUCY NICHOLSON/ REUTERS
MUNDO

Caos en el aeropuerto de Los Ángeles

Un tiroteo en la terminal 3 del aeródromo internacional, con un muerto y siete heridos, colapsa el tráfico aéreo de la ciudad californiana

R. C.
WASHINGTON.Actualizado:

La ciudad de Los Ángeles vivió ayer una situación de alerta que provocó el cierre temporal de su aeropuerto internacional y de las carreteras adyacentes y el desvío de decenas de vuelos. La alarma se desató sobre las nueve y media de la mañana (hora local), cuando un hombre entró en la terminal 3, «sacó un rifle de asalto de una bolsa y abrió fuego indiscriminadamente. Luego accedió al área de seguridad y realizó varios disparos antes de adentrarse en las instalaciones, donde fue reducido por nuestros agentes», explicó Patrick Gannon, responsable policial del aeropuerto. En el camino dejó un muerto, un hombre de 40 años que trabajaba para la TSA, la Agencia de Seguridad del Transporte. Siete personas resultaron heridas y seis de ellas fueron trasladadas al hospital, según aclaró el jefe de Bomberos de Los Angeles, James Featherstone, en la primera información oficial que se dio a periodistas dos horas después del incidente. Algunas fuentes incluían entre los heridos al tirador, que se encontraría en estado crítico.

Aunque la Policía no dio a conocer la identidad del sujeto, la congresista demócrata Loretta Sánchez lo identificó en declaraciones a la CNN como Paul Ciancia, un joven de 23 años residente en el área de Los Ángeles. En un primer momento se sospechó que había actuado en coordinación con otra persona, pero la Policía pudo determinar finalmente que el tirador actuó solo. También se descartó que existiera una bomba en algún lugar de las instalaciones, tras realizar una intensa búsqueda por el aparcamiento y otras áreas de la terminal 3. En cuanto el suceso fue puesto en conocimiento de las autoridades del aeropuerto se activó un protocolo de emergencia que desalojó varias terminales, de las que se vió salir a los pasajeros en relativo orden y calma mientras eran conducidos a otras zonas consideradas seguras.

El tráfico aéreo se interrumpió y los ocupantes de los aviones que acababan de aterrizar permanecieron en su interior durante al menos dos horas. Las autoridades recomendaron a quienes se encontraban en el complejo esperando tomar un vuelo que se dirigieran a los hoteles del recinto y esperaran noticias allí. Otros muchos no consiguieron llegar al aeropuerto al quedar atrapados en los atascos provocados por los cortes de carreteras.

Los Ángeles es una importante vía de entrada para los vuelos procedentes de Asia, Australia y Nueva Zelanda. Además recibe tráfico doméstico de grandes ciudades, como San Francisco o Nueva York, aunque no llega al volumen de aeropuertos como Chicago o Atlanta. Gina Marie Lindsey, directora del aeropuerto internacional, reconoció que recuperar la normalidad de las operaciones iba a ser un «baile logístico cuidadosamente orquestado».