Vehículos policiales cortan Tiananmen tras el ataque. :: AFP
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China reconoce que el suceso de Tiananmen fue un atentado

La Policía arresta a cinco personas de la provincia de Xinjiang y las acusa de chocar deliberadamente con un jeep contra la multitud de la plaza

LAIZA (BIRMANIA). Actualizado: Guardar
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Le ha costado reconocerlo, pero al final el Gobierno chino confirmó ayer lo que todos se temían: fue intencionado el suceso protagonizado el lunes por un jeep que se incendió al empotrarse contra los turistas que esperaban entrar en la Ciudad Prohibida bajo el retrato de Mao Zedong. El ataque mató a cinco personas -una turista filipina, un hombre chino, y tres miembros de la misma familia que viajaban en el coche- y dejó 38 heridos. Es más, según la Policía, se trata de un atentado terrorista perpetrado por extremistas islámicos de la etnia uigur que buscan la independencia la provincia occidental de Xinjiang, a la que llaman Turkestán Oriental y en la que son mayoría.

Según la información hecha pública ayer después de casi dos días de silencio por parte de las autoridades, sólo 10 horas después del atentado la Policía detuvo a cinco hombres uigures, con los que dio tras rastrear la matrícula del vehículo utilizado como arma, procedente de Xinjiang, y cotejar la información proporcionada por los testigos con la obtenida en los hoteles, a los que había pedido que identificasen a los huéspedes uigures «sospechosos». Siempre según fuentes oficiales citadas por la cadena estatal CCTV, en el interior de la residencia temporal de los arrestados se encontraron cuchillos, una bandera yihadista, y textos extremistas que los incriminan.

Sin embargo, ningún grupo separatista se ha atribuido el ataque. De hecho, el Congreso Mundial Uigur, la mayor organización de esta etnia, pidió ayer que no se saquen conclusiones apresuradas. «El Gobierno no dudará en inventar una versión del incidente para imponer una mayor represión al pueblo uigur. No sería la primera vez que lo hace», señaló su presidenta Rebiya Kadeer. De hecho, Pekín alienta la emigración local hacia Xinjiang, una región desértica pero políticamente estratégica -tiene frontera con varios países de Asia Central- y rica en recursos energéticos, con el fin de restar relevancia demográfica a sus habitantes naturales. Además, los uigures denuncian una discriminación cultural y económica que suele provocar importantes choques, entre los que destacan los enfrentamientos de 2009, cuando más de 200 muertos yacieron en las calles de la capital, Urumqi.

Los chinos de la etnia no tardaron ayer en demostrar su ira ante lo que consideran un ataque frontal contra el sistema de la segunda potencia mundial. «El lugar elegido sin duda tiene gran simbolismo, en el centro político de nuestro país», señalaba un internauta tras haber recibido un mensaje que el servicio de microblogs Weibo -el Twitter chino- envió a todos sus usuarios con la información sobre la detención de los sospechosos. «No deseo más que la pena capital para estos terroristas, y ningún dolor siento por quienes murieron en el jeep», añadió otro.