El Atlético de Madrid gana como un grande
Sin brillo pero muy prácticos los rojiblancos superan al Granada con dos penaltis provocados por Villa
GRANADA Actualizado:Ya juegue bien, mal o regular, como ocurrió en Los Cármenes, el Atlético gana como los grandes. Sin brillo, pero con enorme eficacia, para mantenerse invicto esta temporada, a un solo punto del Barça, lo que le permite seguir soñando con una Liga en la que ya es poderoso, y demostrando una vez más que ya no sólo en muy complicado derrotarle, sino incluso marcarle un gol, aunque en Granada se llevó uno en el descuento. Frente a un equipo muy inferior, no le hizo falta al 'Atleti' jugar «al límite del reglamento con permisividad arbitral», como se quejó en la víspera el técnico del Granada, Lucas Alcaraz. Le bastó con su solvencia defensiva, su capacidad para aguantar y esperar el desgaste del equipo nazarí, y con aprovechar un par de golpes, representados en dos claros penaltis a David Villa, a quien le sobró la exageración en el segundo, cuando fue derribado por Murillo, lo que provocó que fuese despedido con pitos por la afición local.
La primera pena máxima, aún más clara que la segunda, porque Mainz arrolló al delantero asturiano que ha resucitado, marca goles y también los provoca, permitió a los rojiblancos vivir con absoluta tranquilidad, excepto en el tiempo añadido, durante toda una segunda parte en la que intentó explotar su contragolpe. El gran arma del equipo de Simeone, al que le faltó mayor pegada. Con más eficacia ofensiva, el Atlético, pese a su encuentro gris, hubiera logrado, aunque no habría sido merecido, un resultado más abultado ante un enemigo demasiado limitado que no dio trabajo a Courtois pero cerca del final puso algo de emoción, aunque se quedó sin tiempo.
Aunque el cabezazo de Ighalo redujo diferencias y generó algo de nerviosismo a un Atlético que antaño se acostumbró a perder puntos fuera de tiempo, nunca pudo aspirar el Granada a acariciar el empate. El Atlético siempre tuvo el control y, aunque no sentenció en jugadas elaboradas, sí lo hizo a balón parado, algo que también le funciona cuando no maravilla con su fútbol. Dos penaltis, dos goles, y décima victoria de los rojiblancos en este campeonato en que pisa con mucha fuerza, aunque la competición, con un banquillo corto, se le puede hacer demasiado larga.
Tal es la diferencia entre el Atlético y el Granada que aunque el conjunto andaluz fue más ambicioso y intenso en el primer tiempo, los rojiblancos pudieron afrontar un partido muy plácido, al contrario de lo que se presumía durante un arranque en el que los locales asustaron en un par de ocasiones, curiosamente a pelota parada, que es como cayó, entre lamentos, el conjunto de Alcazar. Insuficiente para el Granada frente a este 'Atleti' al que Simeone ha convertido en un equipo poderoso y muy temido. Cuando decide atacar, como ocurrió en el encuentro anterior en el Calderón, donde goleó con gran fútbol al Betis, y cuando apuesta por, con su impresionante despliegue y su tremendo sacrificio defensivo, frenar al contrario con disciplina táctica y dejarse llevar. Si no pasa apenas apuros atrás, el Atlético muerde en el momento preciso y acaba con el que se le ponga por delante.
Este Atlético hecho a la medida de Simeone que en Los Cármenes jugó como le gusta al entrenador argentino. Casi siempre dejó jugar y dominar de forma estéril al Granada, y cuando se le presentaron a Villa un par de llegadas, fue víctima de un par de penaltis, transformados por el 'pichichi' Diego Costa y por él mismo. El delantero brasileño, al igual que el Atlético, sigue enrachado y, después de estar en casi todos los ataques del Atlético, como siempre, no podía fallar su lanzamiento. También se vio involucrado, porque desquicia con su juego, su movilidad y su insistencia a los rivales, en un conato de tangana al término del encuentro, cuando Iturra se las tuvo que Diego Costa, a quien se agarra este 'Atleti' que está crecido. En un momento espléndido en el que, cuando conviene, no quiere saber nada del buen fútbol para cumplir sus objetivos.
Con la experiencia de la derrota en Cornellà, donde el Atlético no estuvo afortunado, Simeone y los suyos decidieron someter sin prisas al Granada. Dejando que los locales se fuesen apagando y perdiendo la esperanza de superar a una defensa tan sólida como la de los rojiblancos. De medio campo hacia delante, sin embargo, salvo los fogonazos de Diego Costa y Villa, los visitantes no tuvieron más, con Arda Turan lesionado y el perdido Adrián desaprovechando otra oportunidad que le concedió el técnico.