Un triunfo amargo para Cristina Fernández
Las legislativas argentinas confirman la pérdida de apoyos de la presidenta, que al menos ha logrado conservar la mayoría en el Congreso
BUENOS AIRES.Actualizado:A pesar de resultados diversos y hasta contradictorios en todo el país, las elecciones celebradas el domingo en Argentina dejaron algunas certezas. La presidenta Cristina Fernández perdió un enorme capital de respaldos desde su reelección hace dos años, pero conservará el dominio en el Congreso como para transitar sin sobresaltos el tramo final de su gobierno, que culminará en 2015. La cosecha de votos para diputados y senadores fue del 32% (7,6 millones de sufragios). Y si bien en Argentina los partidos del oficialismo suelen recoger en estos comicios menos respaldos que en las presidenciales, esta vez la sangría fue seria. En 2011 Fernández había sido reelegida con un 54% de respaldos, que eran entonces 11,8 millones de votos. O sea que ha perdido más de cuatro millones de votos en dos años.
Los apoyos a Cristina -que mantiene una imagen positiva en torno a un 45% y en ascenso desde que se operó el 8 de octubre de un hematoma en el cráneo- no se transfieren a sus candidatos a legisladores, y en estas elecciones crecen, tradicionalmente, los opositores. Pero aun menguados, esos respaldos son suficientes para asegurarle la gobernabilidad. El kirchnerismo y sus aliados retendrán las mayorías en ambas cámaras. El oficialista Frente para la Victoria y sus socios quedan con 132 diputados sobre un total de 257 y en el Senado la proporción es de 38 sobre 72 escaños.
En los comicios se renovó la mitad de la Cámara baja y un tercio del Senado. De ocho provincias que eligieron senadores, en seis ganó el kirchnerismo. No obstante, este resultado general fue oscurecido por victorias contundentes de la oposición en al menos siete distritos, los más populosos. Esos triunfos no pueden sumarse porque no confluyen en un mismo proyecto. Al contrario, pertenecen a distintos partidos, competidores entre sí. Sólo posicionan a potenciales candidatos en la carrera por la presidencia.
En la provincia de Buenos Aires, donde vota el 38% de los argentinos, ganó el alcalde de Tigre, el opositor Sergio Massa, con un 43,9%, casi nueve puntos más que lo que había cosechado en las primarias de agosto. Massa lidera un flamante Frente Renovador y fue el gran protagonista de la noche del domingo, aunque el despegue se limita a su propio distrito. Para proyectarse a 2015 deberá tender puentes con otros líderes del interior.
En la ciudad de Buenos Aires, el gran triunfador fue el alcalde centroderechista Mauricio Macri, del PRO, cuyos aspirantes al Senado y a diputados obtuvieron sendas victorias. «Reitero mi compromiso de ser el presidente del cambio en 2015», se entusiasmó Macri el domingo. Pero su victoria también está acotada. Por primera vez el PRO tendrá tres senadores, y en diputados llegará a 18 con extrapartidarios. En el total nacional suma apenas un 8,6% de los votos.
Los opositores también celebraron victorias en Córdoba, Chubut, Mendoza, Santa Fe y hasta en Santa Cruz, tradicional bastión del kirchnerismo. Pero esos triunfos no se suman, van desde el socialismo al peronismo disidente, pasando por la Unión Cívica Radical. De nuevo será necesario hilvanar alianzas para llegar a 2015 con una selección de candidatos que puedan disputar la presidencia desde el arco opositor.
Mazazo par el futuro
Si los resultados de estos comicios hubieran sido más favorables al oficialismo, se especulaba con un intento de empujar una reforma constitucional que permitiera a Cristina postularse a un tercer mandato. Pero el amplio triunfo nacional ya permite desechar de plano ese escenario. Sin embargo, Cristina Fernández, que sigue en reposo estricto, podría reaparecer en noviembre con poder, presupuesto y legitimidad suficientes para presentar un candidato.
Para eso tendrá que elegir entre competidores distantes. En la noche del domingo, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, se hizo cargo de la derrota del candidato kirchnerista elegido por la presidenta, Martín Insaurralde, que obtuvo un 32%, once puntos menos que Massa. Moderado y muy dialogante, Scioli no es el preferido de Cristina, pero es el que conserva la mejor imagen y el más popular entre los no opositores.
Otros kirchneristas que hicieron un buen papel son el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, que acercó el 60% de los votos de su provincia al Frente para la Victoria, y el de Entre Ríos, Sergio Uribarri, que sumó el 46,6% y sí goza de la confianza presidencial.