El embajador de Estados Unidos, James Costos, en el centro, abandona el Ministerio de Asuntos Exteriores. :: GERARD JULIEN / AFP
ESPAÑA

España advierte a Estados Unidos de que si espió se romperá la confianza

Exteriores comunica al embajador norteamericano que la interceptación de comunicaciones entre aliados es «inaceptable»

MADRID. Actualizado: Guardar
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España elevó un poco el tono de su queja ante Estados Unidos por el todavía presunto espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana al Gobierno y a relevantes figuras de la vida pública. José Manuel García-Margallo advirtió ayer que de confirmarse supondría «la ruptura del clima de confianza» entre ambos países. El embajador de Estados Unidos, James Costos, citado ayer en el Ministerio de Asuntos Exteriores, no dijo nada, pero señaló en un comunicado que los programas de seguridad nacional de su país también sirven para «la protección» de los intereses de los países aliados.

El Gobierno de Mariano Rajoy se mantiene todavía en la postura de que «no tiene constancia oficial» del espionaje norteamericano pero empieza a actuar como si la tuviera. Desde el Ejecutivo comentan en privado que son muchas las informaciones que incluyen a España entre los países vigilados como para creerse la excepción y que no ha sido así. La última la publicó ayer en el diario 'El Mundo' Gleenn Greenwald, el divulgador de los documentos clasificados de Edward Snowden, el exagente de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos, según la cual ese servicio de inteligencia captó 60 millones de llamadas telefónicas en España durante del 10 de diciembre de 2012 al 8 de enero de 2013, según consta en el informe interno 'Spain-last 30 days' (España últimos 30 días). La semana pasada otro informe publicado en medios de comunicación alemanes situó en 80 las ciudades del mundo, incluida Madrid, en las que captan información los servicios de inteligencia norteamericanos.

El Ejecutivo, sin embargo, optó por la cautela pese a la casi absoluta certeza de que ha sido espiado. Margallo, desde Varsovia, donde se encuentra de visita oficial, advirtió de que «de confirmarse» la interceptación de las comunicaciones «podría suponer la ruptura del tradicional clima de confianza» entre Madrid y Washington. Justificó la parca respuesta del embajador norteamericano por el poco tiempo que lleva en su puesto, un mes, pero subrayó que el diplomático se ha comprometido «a pedir la información» sobre las actividades de la Agencia Nacional de Seguridad de su país y a transmitir la respuesta al Gobierno de Rajoy.

40 minutos de reunión

El ministro admitió que existe «seria preocupación» en el Ejecutivo por el espionaje de Estados Unidos porque sería una «práctica inaceptable» entre dos países que son aliados, además de un delito contra la intimidad de acuerdo a la legislación española. Un lenguaje muy similar al del comunicado que emitió ayer su Ministerio tras la reunión de 40 minutos del secretario de Estado por la Unión Europea, Íñigo Méndez de Vigo, con el embajador estadounidense. En la nota oficial se califica la interceptación de datos de un país amigo de «prácticas impropias e inaceptables».

Méndez de Vigo solo recibió de Costos el compromiso de informarse, pero recordó a su interlocutor que es la tercera vez que España solicita a la Administración de Barack Obama explicaciones sobre el espionaje. Lo hizo en julio el secretario de Estados de Asuntos Exteriores, Gonzalo de Benito, ante el Departamento de Estado norteamericano, y un mes después, el subdirector de América del Norte ante el encargado de negocios de Estados Unidos en Madrid, Luis G. Moreno. Dos gestiones sin éxito, suerte que también parece que correrá la tercera.

Costos explicó también a través de un comunicado que las noticias del espionaje parten de «la divulgación no autorizada de información clasificada». Pero en todo caso, apuntó, esos programas de seguridad nacional juegan «un papel fundamental» en la protección de Estados Unidos, pero también «en la protección» de los «intereses» de sus países aliados. El diplomático se comprometió a mantener las consultas a través de los canales diplomáticos para dar respuesta a «las preocupaciones» que ha planteado el Gobierno de Rajoy. Estados Unidos, añadió, tiene que «equilibrar» los programas de seguridad nacional propios y de «nuestros aliados» con «los problemas de privacidad legítimamente planteados».