Castigo por radical y afín al kirchnerismo

Una sola de las 23 provincias argentinas, Santiago del Estero, iba a elegir hoy gobernador. Pero la votación se suspendió por decisión de la Corte Suprema de Justicia. Cinco día antes, los magistrados dictaron una medida cautelar e impidieron que el gobernador, Gerardo Zamora, se postule por tercera vez al cargo. La Constitución de la región, reformada en 2005, solo permite dos mandatos consecutivos, pero mediante una interpretación amañada, el mandatario -que goza de gran popularidad en su distrito- iba camino de conseguir otros cuatro años.

Zamora pertenece a la opositora Unión Cívica Radical, pero se considera aliado del kirchnerismo en el ámbito nacional. En las primarias de agosto, sus candidatos a diputados obtuvieron el 70,5% de los respaldos y sus senadores el 51,2%. La amplia victoria, en medio de una cosecha magra para el oficialismo, fue recibida por el Ejecutivo central como un triunfo propio. No en vano, el gobernador dedicó a Cristina Fernández su aplastante triunfo «porque apoyamos este proyecto de país», dijo entonces.

Ante la traba del alto tribunal, Zamora declaró que no está «atornillado» al sillón y que si su reclamación no tiene aval podría abandonar su ambición. Entretanto, espera ratificar hoy esos contundentes apoyos que tuvo en agosto, aunque su propia postulación tenga que esperar la resolución de fondo del caso. La medida cautelar había sido solicitada por dirigentes de su propio partido radical, que lo consideran un traidor a la causa opositora. La UCR denunció una situación de «incertidumbre» debido a que el dirigente se disponía a competir por un tercer mandato.