ESPAÑA

«Cuesta creer que matar a una persona tenga un reproche penal de un año»

«Cuando un tribunal corrige una decisión de otro, es obligado ejecutar esa sentencia, pero en modo alguno sonrojarse ni siquiera arrepentirse» Alberto Ruiz-Gallardón Ministro de Justicia

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En plena digestión del «duro golpe» que ha supuesto la sentencia de Estrasburgo que deroga la doctrina Parot, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, reafirma su rechazo al fallo y su inmovilismo en la lucha contra ETA. «Un desarme sin disolución vale muy poco», advierte.

-¿Qué sintió cuando vio salir de la cárcel a Inés de Río?

-Que la aplicación de la Justicia a veces es muy dolorosa. Que derecho y justicia quizá no siempre coinciden y pensé en las víctimas, en el inmenso dolor que tuvieron que tener cuando vieron salir a una persona cuyo reproche penal ha sido estar prácticamente solo un año en la cárcel por cada uno de los asesinatos que ha cometido.

-¿Ha asumido ya el golpe de Estrasburgo?

-El golpe ha sido duro. Cuesta mucho entender que al final matar a una persona tenga un reproche penal de un año. Cuesta mucho entender que lo que entendió nuestro Tribunal Supremo y nuestro Tribunal Constitucional no lo haya entendido el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Los jueces y el tribunal europeo los han desautorizado, sorprendentemente acompañados de un magistrado español.

-Visto el resultado, ¿ha aprendido el Gobierno alguna lección?

-La lección es clara y es que hay que defender en primer lugar a nuestras instituciones. Hay que recordar que lo que ha anulado Estrasburgo no es una decisión gubernativa sino una decisión judicial, y la obligación del Gobierno es defender siempre a las instituciones del Estado. Por tanto el Gobierno no podía vacilar.

-Así que la decisión de Estrasburgo supone un sonrojo para la Justicia española.

-Cuando un tribunal corrige una decisión de otro, la obligación del que está sometido a la jurisdicción del superior es acatar y ejecutar esa decisión, pero en modo alguno sonrojarse ni siquiera arrepentirse. En modo alguno significa que el Tribunal Supremo se equivocase.

-Sin embargo, Estrasburgo dice que ha sido injusto mantener a Del Río en prisión.

-Y ésa es la razón por la que hoy no está. Pero ejecutar una decisión no significa aplaudirla.

-¿Qué opina del tribunal?

-No debo juzgar al tribunal, sería incorrecto como ministro de Justicia de uno de los países adheridos al Convenio Europeo de Derechos Humanos. Sí juzgo la sentencia y está claro que la considero incorrecta.

-¿Ve usted, como la FAES, la mano del PSOE detrás del fallo?

-Sabemos cuál ha sido el sentido del voto del magistrado español. Yo analizo las cosas de las que tengo certeza, y de eso lo tengo porque es un elemento público. No entro en más valoraciones.

-Conocemos la reacción pública de enfado de la Fundación de Víctimas y la AVT, ¿pero les han trasladado algún mensaje en privado para sosegarlas?

-Solidaridad, cercanía, compromiso. Y hemos hecho algo que los políticos, cuando tenemos responsabilidades de Gobierno deberíamos hacer con más frecuencia: Escuchar.

-Entre sus reivindicaciones estaba no acatar el fallo.

-Vuelvo a decir que lo que se recurrió no fue una decisión del Gobierno sino una decisión judicial, por tanto quien ha ejecutado, como es lógico, la sentencia no es el Gobierno sino la Audiencia Nacional.

-Mañana se celebra una manifestación en Madrid a la que va a acudir el PP. ¿Le parece normal que el partido del Gobierno salga a la calle en contra del Tribunal Europeo de Derechos Humanos?

-La representación del partido lo que hace es mostrar solidaridad y cercanía con las víctimas del terrorismo. El PP no se manifiesta contra nadie, sino a favor de las víctimas del terrorismo.

-¿Pero la convocatoria es contra la sentencia y, por extensión, contra el Tribunal de Estrasburgo?

-Discrepar de la sentencia es legítimo en el Estado de Derecho. Lo que no puede hacerse es desobedecer una resolución judicial.

-¿Está el Gobierno presionado por la fuerza de asociaciones como la AVT o la Fundación?

-Nuestro comportamiento con las víctimas no es fruto de ninguna presión, es fruto de nuestra propia convicción de estar siempre cerca de ellas y apoyándolas.

-¿Se les dio demasiado peso a algunas asociaciones de víctimas en la labor de oposición al Gobierno de Zapatero?

-Han tenido el peso que la sociedad les ha reconocido. Y, con sinceridad, nunca me parecerá poco el peso que deben tener las asociaciones de víctimas. Es más, no acabo de entender a quién puede incomodar su presencia en nuestra vida, en nuestro relato, en todas las decisiones que hemos de adoptar.

-¿El desarme de ETA o su disolución harán variar la posición del Gobierno?

-Su disolución significaría que el riesgo del terrorismo no estaría presente como está en estos momentos. Pero es una situación que no se ha producido.

-¿El desarme y la disolución son inseparables?

-Los dos requisitos me parecen necesarios. Un desarme sin disolución vale muy poco. ETA no puede conformarse solo con entregar las armas, ETA tiene que desaparecer y disolverse.