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Mas, a su llegada ayer a la reunión del Govern. :: A. ESTÉVEZ / EFE
ESPAÑA

Mas también plantará a Rajoy en protesta por su veto en el Foro Mediterráneo

CRISTIAN REINO
BARCELONA.Actualizado:

Aunque la Generalitat lo intentó hasta última hora, el Gobierno confirmó que Artur Mas no intervendrá hoy en el I Foro Económico del Mediterráneo Occidental, unas jornadas presididas por Mariano Rajoy y que reúnen a diez ministros de Asuntos Exteriores en Barcelona.

La Generalitat solicitó que Mas pudiera hacer un discurso de bienvenida a los asistentes, de no más de tres minutos, pero desde la Moncloa respondieron que el programa está cerrado y que la práctica habitual es que sólo hablen los ministros, y en este caso también Rajoy como presidente del país anfitrión. «No se puede intentar rebajar la tensión saltándose las reglas del juego», dijo el ministro José Manuel García-Margallo.

La Generalitat calificó de «error innecesario» lo que a su juicio es un veto y una imposición para que Mas no hable. El Gobierno catalán esperaba un gesto de distensión que no ha llegado y que será respondido con un plantón a medias al presidente del Gobierno. Mas acudirá al acto y recibirá a los asistentes en la sede de las jornadas, el palacio de Pedralbes, propiedad de la Generalitat, pero después se marchará y no se quedará a escuchar el discurso de Rajoy. Es la respuesta que la Generalitat entiende que podía dar para guardar las formas y velar por la dignidad de la institución. «El veto a Mas es un error porque es gratuito», expresó el portavoz de la Generalitat, Francesc Homs. «El Gobierno nos puede imponer muchas cosas, pero no podrán imponer que el pueblo catalán se calle», remató.

Desde el Gobierno catalán trataron de desvincular la polémica en torno al foro Mediterráneo con el plantón que la semana pasada dio Mas a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, pero el protocolo ha vuelto a enfrentar al Gobierno central y a la Generalitat en una escalada de tensión que, como reconocen desde la parte catalana, no se resuelve con dos reuniones como en otros tiempos. Entre el 'hasta aquí hemos llegado' de uno y el 'vamos a ir hasta el final' del otro, ambas administraciones han entrado en una fase de creciente enfrentamiento.