Cristiano y muchas dudas
El Madrid acaricia los octavos tras vencer a la Juventus con un doblete del portugués pero deja malas sensaciones para el clásico
MADRID Actualizado: GuardarEl Madrid se impuso a toda una ‘Vecchia Signora’ y acaricia los octavos de final de la ‘Champions’ a falta de toda la segunda vuelta, pero envió de nuevo señales preocupantes con vistas al clásico ante el Barça que se avecina. Selló su victoria por pegada y porque Chiellini fue un amigo que cometió un penalti absurdo por agarrón a Ramos y luego fue expulsado de forma rigurosa por frenar con el brazo a Cristiano. Pero los de Ancelotti fueron un equipo dubitativo, sin personalidad, sin estilo, destensado, muy largo y con lagunas defensivas, sobre todo en los laterales. Pidió la hora a pesar de jugar con uno más durante casi toda la segunda parte. La cara de preocupación de Carletto cuando se cerró el duelo era significativa.
Sólo era la liguilla, donde los males tienen remedio y no hay sensación de ‘match ball’, pero el ambiente en Chamartín y sus aledaños era de partido grande. Duelo entre dos rivales enconados de toda la vida, entre los dos equipos más queridos y odiados de España e Italia, entre un Madrid crecido tras un gran partido ante un pobre Málaga y una ‘Juve’ dolida por esa remontada humillante de la Fiorentina. Tras el Atlético, que venció y pudo golear, visitaba el Bernabéu el primer rival con empaque, con la grandeza suficiente para ir a buscar a los blancos y no sufrir ese medio escénico que derrota al 85% de los adversarios antes de comenzar el partido. Y pese al triunfo, el Madrid volvió a ser vulgar.
Ciertamente, el equipo del cuestionado Antonio Conte salió con valentía, alejado del tópico del ‘catenaccio’. Cuatro en el fondo, a pesar de que habitualmente actúan tres centrales y dos carrileros, Pirlo de jefe, otros cuatro por delante, entre ellos el ‘Apache’ Tévez con plena libertad de movimientos, y Fernando Llorente en punta. Ancelotti se fió más de los galones que del estado de forma, lo que ofrece pistas en el horizonte del clásico. Ni Carvajal, ni Varane, ni Isco, ni Morata. Cuatro cambios con respecto al bloque que salió y brilló ante los de Schuster. Espacio y tiempo para Casillas, Arbeloa, Modric y el discutido Benzema. De los jóvenes, sólo Illarra, un jugador que sabe combinar a uno o dos toques y recurrir a las faltas tácticas cuando es necesario. Se mira, sin duda, en el espejo de Xabi Alonso. Una excelente decisión.
Acierto a la primera
Si ante los costasoleños el Madrid generó un sinfín de ocasiones y apenas acertó, frente a los piamonteses ocurrió todo lo contrario. A la primera, ya la enchufó. Fue una gran y rápida combinación entre Khedira, Di María y Cristiano que contó con la inestimable colaboración de Martín Cáceres por quedarse en vez de salir. Un gol que debía facilitar la victoria pero que, sin embargo, dio paso a muchos minutos de indiscutible dominio juventino. Ancelotti, más activo que en choques anteriores, se quejaba de cómo replegaban sus jugadores. A sus 34 años, Pirlo era el gobernador absoluto del centro del campo. El balón era de los italianos, que amenazaban con disparos desviados. Pero el empate se veía venir porque sólo había un equipo sobre el campo y el Madrid no atendía las vigilancias. Se produjo tras un centro pasado que cabeceó Pogba en el segundo palo, desvió Iker de forma heterodoxa y remachó Llorente.
Runrún en el Bernabéu, nervios y sensaciones de nuevo preocupantes. Menos mal que lo arregló Chiellini, torpe toda la noche, quizá porque está acostumbrado a que la Juventus reciba habitualmente arbitrajes más favorables que el sufrido anoche. El central agarró a Ramos dentro del área en una acción sin peligro y al fin un árbitro de portería cumplió con su trabajo y alertó al juez principal del claro penalti. Ni ante el viejo Buffon se asustó Cristiano. Ya suma siete goles en tres partidos de ‘Champions’ el astro portugués.
No contento con semejante error de bulto, el defensa de Pisa fue expulsado en el arranque de la segunda mitad por soltar el brazo a Cristiano. No hubo codazo, era jugada más bien de amarilla, pero al alemán le mostró la roja directa. En cambio, permitió al chileno Vidal entrar muy duro a Marcelo y más tarde simular un penalti en una jugada en la que golpeó contra el césped. La hinchada merengue ovacionó con deportividad a Llorente y Pirlo cuando fueron reemplazados. En cambio, división de opiniones con Benzema, sustituido por Bale tras fallar una ocasión clamorosa a puerta vacía. Si se miraba más a la grada que al terreno era porque el juego decayó. Contra diez y Cristiano algunos minutos de ‘9’, el Madrid fue incapaz quedarse con el balón y de sujetar bien el partido. Otra señal inquietante. Quizá por ello, Ancelotti recurrió a Isco antes de hacer un cambio tribunero para que Di María y Morata fueran aclamados por el público. Mientras pasaran los minutos y no hubiera noticias, la ‘Juve’ seguía viva. Se acercó a los dominios de Casillas. Pero sus balas eran de fogueo.