Iniesta (i) y Muntari en el Milan-Barcelona. / Daniel Dal Zennaro (EFE)
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La falta de frescura condiciona el once del Barça para el clásico

«A Iniesta le falta chispa», advirtió el mítico Luis Suárez en Milán, abriendo un debate que está en la calle pero que mediáticamente se evita

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Luis Suárez, mito del fútbol español, exjugador de Barça e Inter, comentó tras presenciar el encuentro de la Liga de Campeones en Milán que «a Iniesta le falta un poco de chispa». Su valoración en 'La Xarxa Ràdio' coincide con la de muchos aficionados del equipo azulgrana que hace tiempo que piden un poco más de intensidad al de Fuentealbilla. Pero públicamente ha tenido que ser una leyenda que vive fuera de España, ajena al trato reverencial que recibe el centrocampista en la Liga, la que se atreva a hacer una afirmación así.

El Barça afrontará el clásico del sábado tras dos empates a domicilio en Liga (0-0 ante Osasuna) y Europa (1-1 en Milán), evidenciando que tras el último parón por los compromisos de las selecciones ha perdido frescura. Y entre los menos frescos, antes y después de ese paréntesis, está Iniesta, amenazado con el banquillo frente al Real Madrid. Con el Tata Martino ya ha sido suplente en alguna ocasión bajo el argumento de las rotaciones, pero ahora sería un reserva en toda la regla. También con Vicente del Bosque comenzó en el banquillo ante Bielorrusia pese a la importancia de un partido que se complicó. Luego salió para solucionarlo, pero fue otra señal de que Iniesta no anda fino del todo. El problema es que casi nadie lo dice porque se ha ganado un respeto y tiene una aureola que convierte en un sacrílego al que haga una afirmación de ese tipo. Y lo preocupante sería que Iniesta creyera que es el de siempre por esa falta de crítica, cuando en San Siro volvió a evidenciar que lleva más de un año lejos de su mejor versión.

El buen momento de Cesc Fàbregas alimenta la posibilidad de que Iniesta sea suplente en el clásico. Que en Milán no entrara en el campo hasta el minuto 74 parece garantizarle la titularidad el sábado. Xavi, más regular en su rendimiento, también menos exigido porque a él no se le pide desborde ni llegada a gol como a Iniesta, tiene la plaza asegurada junto a Sergio Busquets, descomunal en San Siro, Messi y Neymar. La opción que tiene Iniesta para mantenerse en el once es que ocurra como en los últimos 16 minutos del martes: Cesc entró por Alexis y se colocó de 'falso 9' flanqueado por Neymar y Messi, quien acabó desplazado a la derecha. Esa sería la decisión más política de Martino, que levantará menos polvadera sentando a Alexis, Pedro, Tello, Song y Sergi Roberto que prescindiendo de Iniesta, Cesc o Xavi. Otra cosa es lo que necesite el equipo. Y después de Pamplona y Milán al Barça parece faltarle un punto de energía que necesitará para derrotar a un equipo tan físico como el Madrid. Con la calidad y el talento, si no se corre, no basta.

n defensa también se abren los interrogantes tras el fallo de Mascherano que propició el gol de Robinho. Lo peor no fue el error, que puede pasar, sino la declaración del central argentino tras el encuentro, lamentando lo sucedido como si se acabara el mundo y autoculpándose de todo. Se merece un aplauso por su sinceridad, autoexigencia y autocrítica, pero se le vio tan desanimado que cuesta creer que puede recuperarse mentalmente para un encuentro tan especial como el Barça-Madrid. Con Puyol ya recuperado y mostrando un buen nivel en Pamplona, no se puede apostar ya por un eje de la zaga. Bartra, además, ha rendido a un nivel excelente.

Así es el Barça, capaz de entrar en depresión por dos empates que le han servido para apuntalar su liderato en España y en Europa. No es que se haya instalado el pesimismo ni mucho menos, pero la verdad es que los partidos de Pamplona y Milán se han parecido de forma peligrosa a los de la parte final de la pasada campaña en Liga de Campeones. Los barcelonistas quieren ver a un Barça que transmita alegría desde el primer minuto y no a un equipo que comenzó el partido de Milán «sin intensidad». La crítica es de Xavi. Y esa sí que vale y debe servir de alarma.