Guardiola y Tito hacen las paces

Desde que el Barcelona hizo público que Tito Vilanova sería el sustituto de Pep Guardiola el 27 de abril de 2012, la relación entre los dos entrenadores se deterioró. El hoy técnico del Bayern siempre pensó que el club había utilizado a su segundo de forma improvisada para frenar el golpe de su marcha y lamentó en privado que Tito no le hubiera acompañado en su año sabático. Y Vilanova detectó un distanciamiento de su amigo que se convirtió en frialdad incluso cuando se le reprodujo la enfermedad durante la pasada campaña.

Dolió a todo el mundo que días antes de que Tito comunicara su renuncia al cargo en el pasado mes de julio obligado por su salud, Pep estallara en Alemania de forma inoportuna diciendo que «no iba a aceptar que el club utilizara la enfermedad de Tito para atacarle».

El propio Tito tuvo que salir al paso confesando que esperaba más de un amigo durante su enfermedad. Y luego llegó la triste noticia de su recaída. Todo muy turbio y extraño. Fueron uña y carne desde adolescentes en La Masia, amigos íntimos posteriormente y estaban llamados a volver a entenderse.

El lunes, según explica Mundo Deportivo, Guardiola se desplazó desde Múnich a Barcelona para reunirse en su domicilio de la Ciudad Condal con Tito. La paz es un hecho. Y el sábado, en el clásico, el mosaico que se podrá leer en en el Camp Nou será ‘Força Tito!’. Nadie le olvida. ¡Ánimo Tito!