Sáenz de Santamaría resta trascendencia al desplante de Mas
Acusa sin embargo al presidente catalán de irresponsabilidad por abrir un proceso que «nadie quiere» y que ahora no sabe cerrar
MADRID / BARCELONA.Actualizado:Soraya Sáenz de Santamaría quitó ayer importancia al plantón del presidente de la Generalitat en el acto organizado por la patronal catalana Fomento del Trabajo la noche anterior y eludió entrar en polémicas. Artur Mas alegó que no pretendía mostrar ningún enfado ni dar un puñetazo en la mesa e insistió en que, salvo que haya presencia del Rey, de algún miembro de la Casa Real, del presidente del Gobierno o de los presidentes del Congreso y el Senado, los actos institucionales celebrados en Cataluña han de estar presididos por él.
«Esta norma no puede perderse y menos -sentenció el presidente catalán- en los tiempos actuales». En su lugar, Mas envió a la entrega de Medallas de Honor del empresariado catalán a su consejero de Empresa y Empleo, Felip Puig. Lo hizo tras conocer, con 24 horas de antelación, que sería la vicepresidenta, en calidad de presidenta del Gobierno en funciones dado que Mariano Rajoy se encuentra fuera de España, quien iba a ocupar el lugar preponderante entre las autoridades y cerrar el turno de intervenciones. «La Generalitat no podía quedar en un segundo orden», se excusó Mas. «Preferí mantener el prestigio y la dignidad de la institución».
En un contexto de tensión creciente entre ambos ejecutivos, en el Palau de la Generalitat recibieron la crisis protocolaria como una provocación de la Moncloa, que tenía la intención de relegar a las instituciones catalanas. Desde el Gobierno catalán apuntaron además que con comunicar por escrito el cambio en el protocolo no es suficiente y que en este caso lo que hacía falta era un decreto firmado por Mariano Rajoy.
Sáenz de Santamaría dio a entender que permaneció ajena al enredo que, por otro lado, a su juicio no admite demasiada discusión. «Soy muy respetuosa con el trabajo de los demás. Cuando voy a un acto me limito a preparar lo que quiero decir, que es mi parte del trabajo. Los servicios de protocolo de Moncloa, que tienen gran experiencia, hacen lo que marcan las normas».
Sensatez
Los reproches a Mas no vinieron, de hecho, por este asunto, sino por algo más de fondo. Al hilo de la advertencia lanzada el miércoles en el Congreso por el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, sobre el riesgo real de que Cataluña declare de forma unilateral su independencia si el Estado no es capaz de articular una respuesta que permita encauzar los anhelos soberanistas de su ciudadanía, la vicepresidenta advirtió de que todos los poderes políticos tienen «una responsabilidad» y llamó a la «sensatez». «Los gobernantes estamos para encontrar soluciones; un Gobierno tiene que cumplir la ley, no se le puede pedir que deje de hacerlo», adujo.
No lo decía tanto por Duran, que siempre se ha mostrado contrario a la independencia, como por el presidente de la Generalitat. «Después de lo que ayer (por anteayer) pude ver en Barcelona -dijo en referencia a las intervenciones del acto que presidió- hago una apelación a la estabilidad, que es lo que se está demandando, y a no abrir procesos que luego los que los transitan no saben cómo cerrar, que derivan en algo que nadie quiere. Hay que mantenerse dentro del respeto a las reglas de juego. Nosotros como Gobierno vamos a hacer cumplir la Constitución». De su respuesta, en todo caso, cabe colegir que la demanda del líder de Unió para que el Gobierno encabece una tercera vía no será atendida.
No en vano, el propio presidente del Gobierno, primero, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montro, después, insistieron ya el miércoles en la idea de que la única salida a este conflicto está en la Constitución y en la resolución de la crisis económica.