El ministro de Economía alemán, Philipp Roesler, junto a la canciller Merkel. :: FABRIZIO BENSCH / REUTERS
MUNDO

Alemania prepara un Gobierno con un poder enorme

El partido de Merkel está condenado a entenderse con los socialdemócratas después de que Los Verdes abandonaran las negociaciones

BERLÍN. Actualizado: Guardar
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Los cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU) y los socialdemócratas (SPD) alemanes están condenados a entenderse. Tras el fracaso de la segunda ronda de contactos exploratorios entre los conservadores y Los Verdes, una reedición de la 'gran coalición' entre las dos formaciones políticas con más peso en el Bundestag, el Parlamento federal, se perfila como el futuro Gobierno de Alemania.

Todo dependerá de los progresos que se alcancen hoy en la tercera ronda de contactos de sondeo entre la Unión y el SPD en el ya tradicional escenario de la Asamblea Parlamentaria, un antiguo edificio situado junto al histórico Reichstag. Si desean un Gobierno «fuerte y estable», en palabras de la canciller federal, Angela Merkel, los conservadores tendrán inevitablemente que hacer concesiones a los socialdemócratas, sobre todo en su prioritaria demanda de un salario interprofesional único para todo el territorio alemán, que no distinga, como sucede actualmente con muchos convenios, entre el rico oeste y el más deprimido este del país, y de no menos de 8,50 euros la hora.

Unos y otros no pueden permitirse ya acabar la reunión de vacío, como sucedió el lunes después de ocho horas de debates a puerta cerrada entre 21 altos representantes de la Unión, encabezados por Merkel y Horst Seehofer, líder de la CSU y presidente de Baviera, y Sigmar Gabriel, presidente a su vez del SPD. El equipo de Gabriel está obligado a arrancar un máximo de concesiones a la Unión antes del domingo, cuando se reúne el llamado 'convento' o pequeño congreso del SOD para decidir si autorizan que los contactos exploratorios pasen a convertirse en negociaciones concretas para una gran coalición. Un posible pacto de los dos grandes partidos necesitará además posteriormente la aprobación de los 470.000 afiliados a la socialdemocracia, que tendrán la última palabra a la hora de dar luz verde a la nueva alianza de Gobierno.

Conservadores y socialdemócratas saben que si llegan a un acuerdo tendrán juntos un poder enorme, hasta el punto de que la oposición parlamentaria, reducida a la mínima expresión con Los Verdes y La Izquierda como únicos oponentes, carecerá de voz en los próximos cuatro años. Una nueva gran coalición de los dos partidos mas grandes de Alemania les concederá una mayoría sobrada de dos tercios en el Parlamento que les permitirá realizar incluso cambios constitucionales, como la deseada reforma del sistema federal.

Entretanto, Los Verdes explicaron ayer las razones de su negativa a una coalición de Gobierno de los conservadores sobre todo por las grandes diferencias programáticas después de dos sesiones de contactos exploratorios. Steffi Lemke, secretaria de organización de los ecologistas, comentó que de las conversaciones mantenidas se acabó deduciendo que «predominaban más las diferencias que los puntos de consenso».

Para los observadores políticos en la capital alemana la negativa verde tiene su base fundamental en el miedo a verse devorados a lo largo de la legislatura por Merkel y su equipo como ha sucedido con sus socios salientes del Partido Liberal, desgastados hasta el punto de quedarse sin representación parlamentaria tras las recientes elecciones.

Proceso de renovación

Tras la apreciable pérdida de votos en esas elecciones y la dimisión en masa de sus líderes en el partido y el Bundestag, Los Verdes se enfrentan actualmente a un proceso de renovación tanto personal como de programa y no están preparados aún para asumir la responsabilidad de gobernar el país. Los comentaba incluso el más carismático de sus dirigentes, Winfried Kretschmann, presidente del rico estado federado de Baden-Württemberg. «No estamos listos todavía. Tenemos que resolver primero nuestros propios problemas», señaló Kretschmann.

Pese a todo, tanto la Unión como Los Verdes consideran que esos contactos han tenido sentido pensando en un futuro a medio plazo. Los conservadores se han deshecho en elogios hacia sus interlocutores ecologistas y subrayado que a la decisión de acabar con los contactos ha partido de los propios verdes. «Estábamos dispuestos a una tercera sesión de contactos», dijo el secretario general de la CDU, Hermann Gröhe, mientras el presidente de Baviera, Horst Seehopfer, subrayó que «al final dejamos claro que las cuestiones pendientes eran superables».