La agresión a un diplomático holandés en Moscú enturbia las relaciones
MOSCÚ.Actualizado:Dos desconocidos se presentaron en la noche del martes en el domicilio de Onno Elderenbosch, el 'número dos' de la embajada de Holanda en Moscú y, haciéndose pasar por electricistas que venían a comprobar la instalación, lograron que se les permitiera entrar en la vivienda. Una vez dentro, se abalanzaron sobre el diplomático, quien cayó al suelo y se magulló la cara. Tras maniatarle, registraron las habitaciones, aunque sin llevarse nada, rompieron objetos y, al parecer, escribieron en los espejos con lápiz de labios inscripciones contra gays y lesbianas. Rusia ha aprobado en los últimos meses dos leyes de contenido homófobo, una contra la propaganda homosexual y otra prohibiendo las adopciones a este colectivo.
El incidente se produce pocos días después de que Dmitri Borodín, primer secretario de la embajada rusa en La Haya, fuera arrestado por la Policía holandesa y retenido varias horas en comisaría acusado de maltratar a sus hijos, medida que el Kremlin catalogó como «violación flagrante» de la inmunidad diplomática de su funcionario. Otro asunto que envenena las relaciones entre ambos países es la detención, el pasado 19 de septiembre, del rompehielos de bandera holandesa 'Arctic Sunrise', perteneciente a la organización ecologista Greenpeace. Sus 30 tripulantes, entre los que hay dos ciudadanos holandeses, están acusados de piratería y en prisión preventiva.
El jefe de la Diplomacia holandesa, Frans Timmermans, exigió explicaciones a Moscú y convocó al embajador ruso. El Ministerio de Exteriores ruso emitió una nota lamentando el ataque sufrido por Elderenbosch, que tiene sesenta años y rechazó recibir asistencia médica.