Irán se acerca a un acuerdo nuclear
Desde la asunción del presidente Ruhaní en agosto hay un cambio de línea en Teherán
MADRIDActualizado:El “EU3+3, es decir Alemania, Francia, Reino Unido más USA, Rusia y China ha descrito la propuesta iraní del miércoles sobre su discutido programa nuclear como “una importante contribución que está siendo cuidadosamente estudiada”.
Esas palabras figuran en el comunicado conjunto que ayer difundieron en Ginebra las dos partes al término de dos días de negociación. Si se acompañan de otros gestos de voluntad de acuerdo y se inserta el conjunto en los cambios políticos y de tono en Teheran tras la victoria electoral del presidente Ruhaní, no es imprudente hablar de un cambio de fondo.
Hay tres indicios adicionales que pueden confirmar esta impresión: a) la decisión de convocar ya para tan pronto como el siete y ocho de noviembre otra sesión negociadora en Ginebra; b) el anuncio de que, antes de esa fecha misiones de especialistas en asuntos atómicos y de sanciones se reunirán para “tratar las diferencias y proponer pasos prácticos”; c) el parlamento iraní comenzará a debatir la eventualidad de que Irán se adhiera al llamado “Protocolo adicional”.
Un tono nuevo
Si se sopesa lo ocurrido según los lentos calendarios de la acción diplomática, el asunto ha tomado una velocidad casi vertiginosa y traduce, antes que nada, un cambio de línea en Teheran desde la asunción del presidente Ruhaní en agosto.
Aperturista y liberalizador, además de un especialista en la materia en cuanto que antiguo negociador nuclear iraní, el presidente tuvo buen cuidado de ganarse primero el permiso y el respaldo del Guía del régimen islámico, el ayatollah Alí Jamenei, autoridad de referencia final, lo que blindaría un eventual arreglo contra los ultras que, aunque minoritarios, conservan posiciones clave en instancias políticas y, sobre todo, militares.
En ese campo puramente interno es muy relevante, y traduce una cuidadosa planificación del gobierno iraní, el anuncio de ayer de que tan pronto como este domingo el parlamento empezará a estudiar la posibilidad de que el país firme el “Protocolo Adicional”. Es una herramienta a disposición de los firmantes del “Tratado de No Proliferación Nuclear” que prevé inspecciones severas y sin previo aviso. Teheran, firmante del TNP, no signó el Protocolo, muy posterior al Tratado y considerado en su día como una injerencia inaceptable.
La técnica de Washington
Un lector avisado habrá advertido que el comunicado conjunto menciona como las partes a Irán y el grupo “EU3+3” (y no el clásico “G-5+1”, o sea los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania). Esto, además de una cortesía para la Unión Europea (la “European Union” de la sigla) y la jefa de delegación, la británica Catherine Ashton, sugiere una voluntad norteamericana de indicar que la cuestión es literalmente mundial, no solo una rivalidad americano-iraní basada en una duradera hostilidad mutua.
Esta especie de “perfil bajo” no oculta que el criterio norteamericano es el decisorio. Obama corrió un riesgo calculado con su inesperada e impresionante llamada al presidente Ruhaní el 27 de septiembre y cambió de golpe el ambiente. Y algo más que debe ser subrayado: en la delegación de “EU3+3 estaba nada menos que Wendy Sherman, subsecretaria de Estado para asuntos políticos, un puesto clave, quien se entrevistó con el viceministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Arachqi.
Los movimientos, pues, son de calado y desinhibidos y, con toda la cautela propia de estas situaciones, se ha abierto una expectativa sin precedentes. No caben aquí hoy las consecuencias políticas inmensas que supondría para Oriente Medio como un todo una normalización americano-iraní: una reelaboración política de toda la región, un cambio cualitativo…