Apuntes

La pobreza obtiene plaza en el colegio

Los niveles de paro que la Administración autonómica no ha podido reducir en 30 años abocan a los alumnos a situaciones en la que precisan ayuda humanitaria

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La Junta de Andalucía es muy dada a dar bombo y platillo a sus planes de auxilio social. Trata de ocultar con ese ruido un murmullo incontestable: que en 30 años de Gobierno autonómico ha sido incapaz de unificar los niveles de desempleo y renta, siquiera, con los de otras regiones españolas, aunque tampoco estén entre las más favorecidas de Europa. Pero la situación es tan grave, el desgaste tras tantos años de desventaja es tan agudo que ni siquiera con las medidas paliativas de la administración alcanza para garantizar las mínimas condiciones sociales a los más vulnerables, como los niños.

La Cruz Roja y las asociaciones de padres han tenido que aliarse para ofrecer paquetes de material escolar básico (desde lápices y bolígrafos hasta cuadernos) a un creciente número de alumnos. Sus familias no pueden costearlos. Los solicitantes han sido el doble que el curso anterior.

El incremento, espeluznante, es del cien por cien respecto al ejercicio precedente y marca con exactitud la crudeza del escenario. Desde sindicatos hasta grupos vecinales han acudido en ayuda de la Cruz Roja y han reunido el material que han podido, el suficiente para abastecer a más de mil alumnos. Como en el caso de la Junta, se puede resaltar el volumen de la ayuda o lamentar que sea tan grande la necesidad de recibirla.

En suma, se trata de una consecuencia más de una deriva de empobrecimiento de la población, provocada por la incapacidad política para favorecer la creación de empleo. Mientras no aparezca, los datos serán cada vez peores y se cebarán con los menos afortunados, con los menos independientes. En este caso, con los niños. La pobreza, en determinado grado, al menos, parece haber sacado plaza en la escuela.