La UE alaba a España pero evita descartar totalmente la prórroga del rescate a la banca
El ministro De Guindos ve «preparado» al sector de cara al último y decisivo test de estrés que el Banco Central realizará a mediados de 2014
LUXEMBURGO.Actualizado:España lo da por hecho pero en Bruselas, adalides de la prudencia a ultranza, nadie descarta nada. Sí, hay muchas posibilidades de que el Gobierno de Mariano Rajoy pueda 'vender' que gracias a su gestión, el país es capaz de caminar solo por los turbulentos mercados financieros, pero la confirmación de esta suerte de buena nueva sigue sin llegar. La fecha fijada para tomar la decisión es el 15 de noviembre y la Comisión Europea, como recalcó ayer su vicepresidente y comisario de Asuntos Económicos, sigue sin alterar su hoja de ruta. «Todavía es pronto. El principio de más vale prevenir que curar prevalece pero existen muchas posibilidades de que salga del programa de ayuda con éxito», puntualizó Olli Rehn.
Lo hizo en Luxemburgo, en el primer Eurogrupo (diecisiete ministros de Economía de la zona euro) del último y decisivo trimestre del año. El titular español, Luis de Guindos, que no contempla la prórroga del rescate ni siquiera como una opción remota, volvió a recibir el respaldo de sus homólogos europeos, del Ejecutivo comunitario y del Banco Central por el «exitoso» programa de reestructuración del sector financiero, hasta hace unos meses uno de los principales quebraderos de cabeza de la UE. Ayer se analizó el cuarto y penúltimo examen de la troika a la banca española y De Guindos, muy relajado, volvió a recibir otra palmada en la espalda cuando en marzo de 2012, el entonces presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, le agarraba del cuello en una foto que poco tuvo de casual.
«La buena noticia es que el programa va totalmente bien encaminado, así que espero que salgan con éxito a final de año», reconoció Jörg Asmussen, influyente consejero alemán del BCE. «Probablemente va a acabar. El Gobierno español se ha mostrado muy decidido», incidió el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.
Buenas palabras, cierto, pero nadie se atreve a dar nada por zanjado. Aunque han perdido fuelle y ya son minoritarias, no han sido pocas las corrientes de opinión surgidas entre los tecnócratas comunitarios que apostaban por mantener viva la línea de 100.000 millones que la Eurozona puso en una cuenta bancaria a nombre de Reino de España. Se han utilizado 41.300 pero no se usarán los 58.700 restantes, como confirmó por enésima vez De Guindos.
«El programa se está cumpliendo en todas sus fases y en estos momentos el escenario central es que expire a finales de año. Ha sido un proceso en el cual el consenso (dentro del Eurogrupo) ha surgido de forma muy natural. El programa ha dado sus frutos. Ahora tenemos una banca más solvente que está en condiciones de apoyar la recuperación y que ya no genera dudas ni incertidumbres», recalcó a los medios.
No más ayudas públicas
¿Y si surgen nuevas turbulencias que puedan desestabilizar a una «frágil» Europa? La coyuntura es impredecible. Italia, Estados Unidos... Sea como fuere, la cadena de responsabilidades en caso de que la banca necesite nuevas inyecciones de capital es clara: primero, se buscarán recursos en el mercado y en caso de que no logre, se procederán a quitas de deuda de peor calidad, luego entraría en vigor un cortafuegos nacional y sólo en último lugar, Europa, a través del MEDE (Mecanismo de Estabilidad), entraría a escena. Esta es la esencia de la Unión Bancaria, clave de bóveda del futuro comunitario que hoy, en el Ecofin, volverá a abordarse con el propósito de alcanzar un acuerdo político antes de que finalice el año en torno al Mecanismo Único de Resolución.
En el Ministerio de Economía, sin embargo, no se contempla la inyección de nuevos recursos públicos en el sistema bancario español más allá de los 60.000 aportados -41.300 tienen sello europeo-. «Ha habido casos como el del Sabadell que han realizado emisiones con éxito», argumentaron fuentes ministeriales, que cifraron en unos 5.000 millones, la mitad de lo previsto antes del verano, el volumen total de las nuevas provisiones a las que tendrá que hacer frente la banca española. Esta enésima vuelta de tuerca liderada por el Banco de España se basa en sacar a luz refinanciaciones de créditos más que dudosos.
La gran prueba de fuego, la enésima para España, se vivirá en 2014, cuando el nuevo supervisor único europeo, el BCE, chequee el estado de las 130 principales entidades financieras comunitarias -entre ellas casi todas las españolas-. «No habrá la más mínima sorpresa», recalcó el ministro. De hecho, lo que pidió De Guindos es que el resto de países 'sufran' el mismo control que tuvo España.