El excandidato a canciller por el Partido Socialdemócrata (SPD) Peer Steinbrück, camino de una reunión con el partido de Merkel. :: EFE
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Alemania afronta una semana decisiva para perfilar la futura coalición de Gobierno

La canciller Angela Merkel y sus asesores celebran hoy su segunda ronda de contactos con el SPD, el socio más probable

BERLÍN. Actualizado: Guardar
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La incógnita sobre el socio de coalición para la tercera legislatura consecutiva al frente del Gobierno alemán de la canciller federal, Angela Merkel, y su Unión de cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU) se resuelve esta semana. Tanto los conservadores como sus potenciales socios socialdemócratas (SPD) y verdes han dejado claro este fin de semana que lo más tarde el miércoles se sabrá con certeza con quien iniciará la Unión el largo y esforzado proceso de negociación para una coalición de gobierno.

Merkel y su equipo de estrechos asesores, entre ellos el líder de la CSU y presidente de Baviera, Horst Seehofer, y el ministro federal de Finanzas, Wolfgang Schäuble, celebran hoy su segunda ronda de contactos exploratorios con el SPD, mientras mañana tendrán su segunda cita con Los Verdes. Todos aseguraron ya el viernes pasado que serán las últimas y decisivas reuniones para ver qué formación casa mejor con los conservadores.

De las más recientes declaraciones de unos y otros se deduce que la opción de reeditar la gran coalición que gobernó Alemania bajo Merkel entre 2005 y 2009 es la que más posibilidades tiene de salir adelante. Mientras destacados dirigentes verdes admiten que aún es temprano para el experimento de una alianza de conservadores y ecologistas, en la Unión y el SPD predominan las voces que animan a gobernar de nuevo unidos el país, atendiendo no sólo a la responsabilidad nacional, sino también europea.

Eso si, todos los partidos han aprovechado el fin de semana para recordar a las otras formaciones cuáles son sus condiciones prácticamente inamovibles para llegar a acuerdos. La secretaria general del SPD, Andrea Nahles, planteaba en el dominical Bild am Sonntag como exigencia innegociable a los conservadores la introducción del salario mínimo interprofesional en Alemania. «Sin un acuerdo para un salario mínimo de alcance total y de 8,50 euros la hora no habrá una participación del SPD en el Gobierno. Nuestros afiliados no lo aceptarían», dijo Nahles, quien de pasó recordó así a la Unión que un acuerdo de coalición deberá ser sancionado por los 470.000 afiliados del SPD.

A su vez, dirigentes de la Unión, como la vicepresidenta de la CDU, Julia Klöckner, insistían por enésima vez en que no aceptarán aumentos de impuestos como exigió la oposicion en la campaña electoral. Alemania registra desde hace más de un año récords de recaudación de impuestos y su problema no son los ingresos fiscales, sino un mayor control del gasto, aseguran los conservadores.

Posiciones más cercanas

Desde que comenzaron los contactos exploratorios los conservadores ya no rechazan tajantemente la introducción del salario mínimo interprofesional, mientras los socialdemócratas han olvidado amnésicamente sus exigencias de subir los impuestos a los más ricos. Indicio de que unos y otros van acercando posiciones y limando diferencias.

Entre Los Verdes, entre tanto, aumenta la sensación de que participar en un gobierno con los conservadores resulta prematuro. Es la formación parlamentaria que ha perdido más votos en los últimos comicios, está reorientando su programa y renueva actualmente, tras el fracaso electoral, su cúpula dirigente.

«Son malas condiciones para sumarse a una nueva coalición de gobierno a nivel nacional», declaraba Winfried Kretschmann, presidente del rico Estado federado de Baden Württemberg y uno de los dirigentes verdes de más prestigio. Para Kretschmann, la formación ecologista tiene que «encarrilarse primero» antes de asumir responsabilidades. A falta de noticias más precisas sobre el futuro gobierno de Alemania, la prensa local ha aprovechado también para especular sobre el reparto de carteras en un eventual gabinete de gran coalición. Hay una cierta unanimidad en que el presidente del SPD, Sigmar Gabriel, podría asumir la cartera de Trabajo y Asuntos Sociales, y en que Nahles ocuparía la de Cooperación Económica y Desarrollo. El líder parlamentario del SPD, Frank Walter Steinmeier, figura como favorito para volver al ministerio de Asuntos Exteriores, cargo que ya tuvo en la primera legislatura de Merkel.

Por otro lado, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, se ha mostrado optimista sobre los plazos para la formación del nuevo equipo de gobierno de Merkel. Mientras la socialdemócrata Nahles dijo recientemente que las negociaciones para una coalición serán complicadas y podrían retrasar incluso hasta enero el juramento de los miembros del nuevo ejecutivo, Schäuble aeguró ayer que «más o menos a mediados de noviembre podríamos tener un nuevo gobierno».

Todo irá más rápido de lo que muchos creen, dijo el hombre de confianza de Merkel, quien se refirió así a las fechas en las que los socialdemócratas tienen previsto celebrar su congreso federal, en el que, si hubiese ya documento de acuerdo para una gran coalición con los conservadores, podría de paso ser discutido para su aprobación.